Los drones se están convirtiendo en herramientas cada vez más comunes para romper la ley. Pero en realidad habría muy pocas cosas que se puedan hacer contra ello legalmente, al menos para las fuerzas armadas de Estados Unidos.
PUBLICIDAD
Un nuevo artículo de Aviation Week relata el dilema que viven actualmente las bases militares de las fuerzas aéreas de Estados Unidos, quienes se encuentran cada vez más invadidos por el vuelo cercano de drones civiles, a pesar de estar prohibido.
Se relatan múltiples incidentes derivados por el uso irresponsable de estos Vehículos Aéreos No Tripulados (UAV), donde incluso algunos jets de combate han tenido que aplicar maniobras de evasión a medio aterrizaje para no estrellarse contra el dron fisgón que apareció de la nada.
Esta situación estaría llegando a niveles intolerables y las fuerzas militares han decidido buscar la vía legal para recibir la plena autorización que les permita derribar estas naves sin consecuencias legales para ellos, ya que podrían ser un peligro para la seguridad de las instalaciones.
La breve legislación actual en materia de drones, delineada por la Federal Aviation Administration (FAA), prohíbe que las fuerzas armadas derriben los vehículos de esta clase operados por civiles, a pesar de que aquí están utilizándose de manera inadecuada.
El General de las fuerzas aéreas James Holmes señala, en declaraciones reproducidas por IBTimes, que se requieren sólo un par de cientos de drones civiles para derribar un caza de combate F-22 y técnicamente sería ilegal responder a ese ataque.
Así que el General urge a las autoridades para que les otorguen permiso para derribar estos drones si invaden instalaciones militares.