Alexa, el asistente inteligente de Amazon desde hace meses ha implementado una agresiva estrategia de posicionamiento, bajo la intención de expandir su presencia a prácticamente cualquier plataforma que pueda soportarlo, pero ahora todo apunta a que esto correspondería a un interés un poco turbio por parte de sus creadores.
Un reportaje de The Information ha encendido las señales de alarma, luego de entrevistar a un antiguo desarrollador de Alexa, quien reveló que los asociados de Amazon en realidad sólo tienen acceso a una fracción mínima de la información recopilada por el dispositivo.
Esa declaración abrió la duda inmediata sobre la cantidad real de datos tomados por Alexa, y la privacidad de los mismos. Bajo el planteamiento serio de que el asistente podría estar grabando en todo momento a sus usuarios.
Amazon reaccionó rápido y mostró su postura oficial, señalando que sólo comparte datos con terceros luego de que sus usuarios hayan ratificado su consentimiento expreso para hacerlo.
Esto se trata de una salida legal común, donde muchas ocasiones para poder utilizar un dispositivo el usuario se ve obligado a aceptar los términos y condiciones del producto o servicio.
Por lo pronto, la postura oficial es que Alexa no graba ni almacena ningún dato más allá de lo que sea dicho después de activar el asistente mediante un comando de voz.
Aunque existe ya una seria duda al respecto.