Pero ahora ha surgido una acusación delicada en un lejano continente, donde todo parece sugerir que la red social analizaría a profundidad los estados emocionales de adolescentes para determinar qué publicidad mostrar en mientras navegan por la red social.
Fue una publicación del diario The Australian la que puso todo de cabeza. Ahí se comparte un documento interno de Facebook, presumiblemente mostrado a una firma de mercadotécnica para empresas bancarias, en donde se insinúa que la red social usaría el estado de ánimo de sus usuarios más jóvenes como una herramienta para perfilar los anuncios a enseñarles.
Este documento mostraría a los inversionistas interesados cómo Facebook era capaz de monitorear fotos y mensajes de usuarios de 14 años en adelante, para determinar si se sentían “estresados”, “derrotados”, “ansiosos”, “nerviosos”, “estúpidos”, “abrumados”, o “fracasados”, como base para perfilarlos.
Esta declaración confirma la autenticidad del reporte filtrado, aunque la intención de lo señalado en este documento sería menos inofensivo según afirma la propia red social.
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