Retomamos nuestro recuento de la tercera temporada de Better Call Saul. Sabrosito representó uno de los episodios más importantes para ir armando el clímax inevitable y este nuevo capítulo, Chicanery al parecer es el Ozymandias de esta serie, entendido como ese momento donde revienta todo y se llega al clímax máximo (hasta que llega el siguiente golpe).
La trama inicia con un flashback al momento en que Jimmy ayudó a Chuck con la readaptación de su casa luego de que adquiriera su “enfermedad”. Descubrimos que Chuck prepara una cena con su ex mujer, Rebecca, y con la complicidad de su hermano monta todo para no dejar exhibida su condición emocional. Todo va perfecto hasta que ella recibe una llamada al móvil.
(C) AMC
De vuelta a la línea presente vemos a Jimmy con el veterinario, quien necesita la ayuda de alguien con manos delicadas. Mientras Kim advierte a sus clientes de Mesa Verde la situación de las acusaciones entre Chuck y Jimmy.
Howard y Chuck preparan todo para su testimonio, dejando en clara la intención del hermano mayor por quitarle la licencia a Jimmy.
Da inicio la audiencia. Howard pasa a declarar y Kim logra exhibir las intenciones añejas de Chuck por bloquear la carrera profesional de su hermano. Chuck ensaya su declaración en casa mientras la cinta incriminatoria es escuchada por la audiencia.
La sala se alista para recibir a Chuck, cuando en las escaleras se “tropieza” con un viejo conocido del universo Breaking Bad.
Chuck realiza una actuación digna de un Óscar durante su testimonio, pero entonces, llega Rebecca de sorpresa.
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Ahí descubrimos que las fotos que Mike tomó el episodio anterior eran para mostrárselas a Rebecca y enterarla sobre la condición de salud de su ex.
Se reanuda la audiencia y en otro giro inesperado Jimmy decide interrogar a su hermano. No se puede describir esta escena, simplemente es uno de los mejore momentos de toda la serie.
Guiños a Breaking Bad
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En un episodio tan cargado de drama legal hay algunas pocas alusiones al universo de Breaking Bad, pero son contundentes. Con la aparición de Huell Babineaux, ese gordito bonachón (aquí más delgado) experto en sacar o meter cosas en los bolsillos de sus víctimas.
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La alusión a Ozymandias al principio de esta reseña no es accidental, y parece que esa es la intención de los propios guionistas. Cuando Jimmy le muestra a Chuck su teléfono móvil sin batería nuestro futuro Saul Goodman le responde: “you got me, Chuck. Dead to rights”. Exactamente la misma frase que Marie le dice a su hermana Skyler en Ozymandias, cuando le cuenta que Hank ha arrestado a Walt.
La alusión al cancer pulmonar durante el interrogatorio a Chuck marca un paralelismo entre el dilema moral de Walter White y el de Chuck con sus respectivas familias, pero la intención de conectar ambos personajes es vaga.
En lo que refiere a los guiños al propio universo de Better Call Saul, en el flashback del inicio Chuck miente e inventa una historia donde asegura que le han cortado la energía eléctrica por un error de la compañía que intercambió los números de su domicilio.
Esa artimaña de cambiar de posición dos números de un domicilio es lo que causa el conflicto con los contratos de Mesa Verde.
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Además, cuando retiran el reloj de la corte a petición de Chuck el reloj marca las 12:16, la misma secuencia de números de la dirección de Mesa Verde que provocó todo, y que también en el número del Dog House (gracias a Oberst-Gruppenführer por el dato).
Y también, este es el primer episodio donde Mike no aparece a lo largo de toda la trama.
En una semana inicia la segunda y última mitad de esta temporada.
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