Ya ha pasado casi un año desde aquel momento histórico donde la inteligencia artificial de Google logró derrotar al mejor jugador de Go en el mundo. Y hoy, por fin, los humanos han tomado revancha, en un terreno de auténtico interés para la mayoría: ver videos.
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Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, decidieron montar un proyecto de estudio comparativo, donde pusieron a prueba las capacidades de la Cloud Video Intelligence API de Google, mostrándole una serie de videos alterados ligeramente para ver si podían clasificarlos tan bien como lo hacen los humanos.
El experimento configuró la inteligencia artificial de Google para que analizara los videos, los etiquetara e hiciera anotaciones sobre los contenidos mostrados. Pero cada video tenía algunas modificaciones en su edición.
Por ejemplo, en una secuencia compuesta principalmente por una entrevista a la primatóloga Jane Goodall de la nada se insertó unas escenas con un plato de espagueti.
Los humanos pudieron discernir que el tema principal era la entrevista, pero la API de Google hizo anotaciones sobre el platillo, que seguramente lucía suculento.
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Parece una manera burda pero efectiva de engañar una inteligencia artificial, pero los investigadores concluyen que con ello han demostrado una falla de seguridad.
Y tiene sentido, ya que cualquier interesado en posicionar ciertos temas podría meter esta clase de insertos en videos aparentemente inofensivos para engañar la API de Google.
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