A lo largo de todos estos años, Best Buy se las ha arreglado para posicionarse como una de las tiendas más populares para adquirir o arreglar productos tecnológicos en el continente americano. Sin embargo, resulta que este sitio también podría haber sido utilizado por las fuerzas del FBI para intervenir a algunos clientes.
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Se trata de un pleito legal, en donde un demandante, Mark Rettenmaier, argumenta que un proceso penal de pornografía infantil por el cuál se le persigue sería derivado de una colaboración ilegal entre el FBI y un técnico del Geek Squad de Best Buy, quien se habría convertido en espía e informante de la agencia de investigación, rompiendo de paso algunas cuantas reglas.
Ahora, nuevos documentos provistos a la corte que investiga el caso terminan confirmando que efectivamente hubo alguna clase de interacción entre las personas del FBI y un técnico de Best Buy, en donde todo apunta a que la agencia habría pagado al menos a un empleado de la tienda a cambio de tips sobre clientes con información o archivos comprometedores en sus computadoras llevadas a arreglar.
El dilema aquí es que este sistema de incentivos monetarios a cambio de información encontrada podría motivar a que los empleados de Best Buy espiaran la información de sus clientes a profundidad, rompiendo filtros de seguridad, lo cuál ya sería ilegal, y este habría sido el caso con Rettenmaier.
Para complicar más las cosas, la última información presentada, en donde hay una serie de correos electrónicos y declaraciones, comprobaría que el empleado de Best Buy, reclutado en 2009, habría mantenido contacto con su contacto del FBI para discutir “algunas ideas de colaboración”.
Antes la agencia había mantenido la postura de que jamás había contactado al técnico del Geek Squad luego de reclutarlo, y ahora todo apunta a que incluso podría haber más técnicos involucrados.
Parece que este es solo el principio.
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