Según un informe de Forbes el LG G6, que recién conocimos algo de su aspecto, usaría el procesador Snapdragon 821, correspondiente a equipos del año pasado, como el Google Pixel.
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Esto se debería a que el nuevo orgullo de Qualcomm, el Snapdragon 835 no estaría disponible para el resto hasta que se normalice la producción del Samsung Galaxy S8, que contaría con este SoC.
Este golpe de Samsung al resto de los fabricantes hace que el hecho de que no vayan a presentar en el Mobile World Congress no les afecte tanto.
El principal afectado es LG, que espera salir del hoyo que les causó el LG G5 e impresionar a los usuarios con su nuevo terminal, el G6, del que ya sabemos una que otra cosa sobre su apariencia y sus especificaciones. Ahora tienen el desafío de convencernos con un procesador que es tan 2016.
Todas las dudas se despejaran a finales de febrero, donde LG anuncie su nuevo tope de línea en el contexto del Mobile World Congress en Barcelona.
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