[ALERTA SPOILER]: Los siguientes comentarios sobre Rogue One no abordan detalles directos sobre la trama narrada directamente en la película. Nada que no se conozca derivado de haber visto el Episodio IV y los avances oficiales de la cinta.
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Llegó el esperado momento. Luego de un serio periodo de incertidumbre, tras lo rumores de un primer corte desastroso, hemos acudido a la función de medianoche para ser de los primeros en ver Rogue One: A Star Wars Story, con la finalidad de compartirles nuestras primeras impresiones sobre esta cinta, que parecía condenada a luchar contra la carga del mítico episodio que inició esta franquicia y la popularidad aplastante de El Despertar de la Fuerza.
Sin entrar en territorio de spoilers (aunque la idea suene complicada, por la naturaleza propia de la cinta), podemos compartirles que Rogue One es un verdadero triunfo en casi todos sus aspectos, que parece haber sido producido especialmente para aquellos que crecieron con la trilogía original de George Lucas.
Garantizando prácticamente, aquí y ahora, que no va a defraudar a los fanáticos de la vieja guardia, pero sobre todo dejará satisfechos a los que estaban ansiosos por una historia auténticamente fresca dentro del universo de Star Wars.
Rogue One supera al Episodio VII
(C)Lucasfilm
Cuando se estrenó el Episodio VII: El Despertar de la Fuerza, el dilema era obvio desde el momento mismo de salir de la sala: o era interpretado como un homenaje actualizado (a la segura y sin tomar riesgos) del Episodio IV, o se tomaba como una copia descarada a medio camino entre el reboot y el autoplagio de la historia de la película original.
En todo caso era evidente que no se expandía el universo más allá de los nuevos nombres de los mismos prototipos de personajes de antaño, ahora con un diseño de producción más actualizado, acorde con la tecnología actual.
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Por fortuna (o milagro) en Rogue One se las arreglan para superar este obstáculo y logran una historia fresca, que no repite la receta de Episodios pasados, con un ritmo casi frenético, personajes entrañables, definidos, que no evolucionan por arte de magia o porque así lo exige la trama, y que son casi independientes del canon forzado de la trilogía original.
Felicity Jones como Jyn Erso resulta excepcional en su interpretación y consigue darle forma a uno de los personajes más emblemáticos del universo Star Wars, mientras que Diego Luna encuentra en su Cassian Andor una suerte de versión renovada del Han Solo de antaño, ese que primero dispara y luego hace preguntas.
Todo eso en una trama que sólo se va volviendo mejor con la evolución de cada acto, arrancando con un inicio bastante ágil, para cerrar a lo grande, con la emoción al límite y la quijada en el suelo, durante los últimos 10 minutos, que deberán pasar a la historia como uno de los mejores cierres de toda la saga.
Probablemente el mayor logro de Rogue One, y en lo que logra superar al Episodio VII, es que se siente independiente, libre, sin ataduras al molde, ni reglas muy preestablecidas, donde se siente que cualquier cosa podría suceder, a la vez que nos muestra un vistazo que se complementa perfecto con el tono y preámbulo de A New Hope.
A pesar de conocer el desenlace de todo y conectar los hilos entre el Episodio III y el IV.
Tenemos que hablar de los reshoots
Desde hace meses se ha venido especulando sobre las regrabaciones y alteraciones en el guión de Rogue One, luego de que los ejecutivos de Disney se mostraran inconformes con el primer corte de la cinta. Se temía que se pudiera repetir el desastre de Suicide Squad, pero pueden estar tranquilos, ese no es el caso.
Pero lo cierto es que resulta obvio el trabajo de parchado, hay escenas que se sienten un poco forzadas para darle ritmo a la trama, chistes metidos de la nada para aligerar lo denso de la historia y en algunos casos incluso las tonalidades de fotografía cambian, dejando en evidencia las partes agregadas.
Pero el producto final es consistente, sólido y bastante entretenido.
Una Nueva Esperanza, sin George Lucas
(C) Lucasfilm
La nueva trilogía arrancada por el Episodio VII se siente como un producto para las nuevas generaciones, donde el público infantil puede disfrutar de estas aventuras sin mayor problema. Por otra parte, Rogue One: A Star Wars Story pareciera una película más pensada para el público adulto.
Las dosis de violencia son un poco más elevadas que en la cinta estrenada hace un año, existe una cantidad brutal de guiños hacia la trilogía original y nos muestra a personajes de antaño como siempre los quisimos ver, hasta el último segundo.
De hecho, Rogue One logra en 134 minutos lo que George Lucas no pudo conseguir a lo largo de los Episodios I, II y III, mostrando un retrato crudo, salvaje y descarnado sobre la brutalidad de El Imperio (y su representante más popular del Lado Oscuro), en su lucha contra los rebeldes.
Al final, Rogue One abre el camino para una nueva línea de cintas que formarán un nuevo universo expandido, fiel a la esencia de todo, pero con mayores libertades creativas.
Parece que lo mejor que pudo pasarle a Star Wars es que George Lucas lo vendiera.
Por favor, no llenen de spoilers la sección de comentarios, al menos durante los primeros días.
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