La inteligencia artificial sigue su implacable trayectoria de desarrollo. En un enfoque radicalmente distintos del tradicional en occidente, enfocado a eficacia, productividad y juegos bobos, los ingenieros de Honda están trabajando en dotar a sus plataformas AI de algo más que casi nadie ha logrado: emociones.
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Mediante la creación de un “Motor de Emociones”, desarrollado en equipo por Honda y los japones de Softbank, ambas compañías que las plataformas de inteligencia artificial sean capaces de “sentir” y procesar emociones, con la finalidad de que sean más empácticos con los usuarios de sus futuros coches autónomos.
Utilizando una serie de sensores y cámaras, este sistema de Inteligencia Artificial evaluará el estado emocional del usuario y responderá con una reacción emocional propia, adecuada al contexto.
Parte de la filosofía de este concepto plantea que la integración de emociones entre el usuario y el sistema pueda crear una suerte de relación simbiótica que favorezca una operación más armónica y complementaria de las máquinas con esta plataforma emocional.
De hecho, Honda está desarrollando actualmente su primer coche autónomo de nombre NeuV y la idea es que puedan integrar estas funciones a ese auto.
Aunque las aplicaciones finales y su efectividad no serán comprobables hasta que el proyecto vaya bastante avanzado.
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