Niubie Labs

Watch Dogs 2 [NB Labs]

Hackers, evolucionados.

Es inevitable, al hablar de Watch Dogs 2, no referirse al primer juego. El contexto es el siguiente: Watch Dogs es una de las franquicias más nuevas de Ubisoft que sufre el síndrome de “lo arreglaremos en el segundo juego”. El caso con Watch Dogs es que ya no estábamos en 2007 y Ubisoft tenía vasta experiencia sacando juegos de mundo abierto con el estilo tan propio de la compañía francesa. Watch Dogs sucedió en 2014 y de alguna forma, Ubisoft cometió los mismos errores que siete años antes con el primer Assassin’s Creed.

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Flash forward al 2015. Ubisoft empieza a darle al clavo con The Crew, Assassin’s Creed Syndicate, Far Cry Primal y The Division, juegos que por fin refrescaron esa estructura tan desgastada de las Ubi-torres y los mapas desbloqueables (en algunos casos, sin eliminarlos por completo). Y entonces, en 2016, Ubisoft cierra el año con un juego por fin digno de todos los recursos invertidos en su producción.

Bievenidos al San Francisco de Watch Dogs 2.

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Cualquier similitud con Grand Theft Auto V no es coincidencia, al menos en la construcción de la ciudad. Y es que se trata de California donde los paisajes son homogéneos y particularmente en San Francisco se respira ese aire moderno lleno de colores de una ciudad ultra progresista, donde todo se mueve en torno a los avances tecnológicos. El área de la bahía, comprimido y todo, es totalmente reconocible para los que han visitado la zona y los puentes, las colinas de San Francisco, Alcatraz y hasta los suburbios de la pequeña Oakland funciona de forma perfecta como base sobre la que se construye Watch Dogs 2.

Más importante aún, no existen las torres de Ubisoft. El mapa (Nudle Maps, en una clara alusión a cierto buscador) está completamente abierto desde el principio y no hay nada bloqueando actividades; no hay que subirse a ninguna torre, no hay que realizar misiones secundarias para abrir otras actividades. Cero. Ubisoft por fin entendió que ese modelo estaba increíblemente pasado de moda y en Watch Dogs 2 se nota. El juego se beneficia de ello, absolutamente.

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En Watch Dogs se contaba la historia de Aiden Pearce, un tipo con el carisma de una tabla que buscaba venganza contra una gran corporación. Recalco lo de “carisma de una tabla” porque Pearce era posiblemente el personaje principal más aburrido de los últimos tiempos.

Aún así, era fácil empatizar con él y su historia. A diferencia de ello, en Watch Dogs 2 me cuesta mucho hacerlo con Holloway y DedSec porque representan esa cultura tan hipster y tan millenial (pese a que técnicamente yo también lo soy) que siento muy lejana. Y el comienzo del juego tampoco ayuda, porque pone al protagonista en misiones sin mucho contexto y sin explicar bien por qué se está luchando y por qué importa hacer caer a Blume, la firma detrás de ctOS.

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Lo bueno es que esa desconexión entre protagonistas, guión y contexto dura poco y a medida que avanzan las horas ya todas las misiones que se van jugando empiezan a hacer más sentido. O tal vez es más fácil enganchar con la historia porque el juego presenta situaciones llamativas y entretenidas de jugar, sin nunca llegar a sentirse repetitivas; hasta algo tan sencillo como ser chofer de Uber da pie a cosas interesantes. Si bien el diseño de las misiones entrega opciones para enfrentar las dificultades, pareciera ser que el sigilo es siempre lo más apropiado y el auto a control remoto y más adelante el dron juegan un papel fundamental al intentar conseguir objetivos.

Y aquello va de la mano con las habilidades que se desbloquean a medida que pasa el juego. Al igual que en el primer Miraperros, el árbol se divide en diferentes ramas apuntadas hacia dos estilos de juego (agresivo o silencioso) y de como se distribuyan los puntos depende hacer más fácil o difícil la acción. Habrá quien prefiera ser agresivo e ir con todo, utilizando balas reales y explosiones letales. Yo preferí el camino del hacker, mejorar los dos vehículos accesorios y hacia el final del juego ni molestarme en eliminar los blancos más duros: simplemente me metí a la red del FBI, acusé a enemigos de crímenes no cometidos y que la policía hiciera el trabajo sucio.

Ver todos esos enfrentamientos desde la cámara del dron, ver como los rivales se matan entre ellos mientras Marcus está en una esquina parapetado con su laptop es digno de un verdadero h4x0r.

Lo bueno es que para llegar a tal nivel de automatización se necesitan al menos 15 horas de juego. Esas habilidades no están disponibles sino hasta bien avanzado el juego, con lo que se crea una sensación de progreso real. Porque para obtener el dron y esas habilidades se necesita bastante dinero y trabajo (todo dentro del mundo virtual, obvio). Para que el trabajo se haga más fácil, primero hay que hacer lo difícil.

Conclusión: Ahora sí, Ubisoft

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Recuerdo que unos meses después de Watch Dogs, en Ubisoft dijeron que esperaban hacerlo mejor en la segunda parte arreglando todo lo que en la primera quedó a medias. Watch Dogs 2 cumple esa “promesa” porque mejora en todo al primer juego. Partiendo por cuestiones macro, como la eliminación de las torres o las actividades opcionales pero obligatorias, hasta cosas más sencillas como la conducción, ahora bastante más amigable y menos “pesada” que en Chicago.

Pero más importante que todo eso, es el resultado de Watch Dogs 2 como juego integral que está muy afinado en todos sus aspectos. La historia a veces pareciera que se toma demasiado en serio a sí misma considerando que los personajes son casi una caricatura y que el mundo está plagado de memes, pero nunca llega al punto de ser muy pretenciosa “porque motivos, porque somos maduros”. Holloway, Sitara y todo el resto de personajes pueden parecer muy alejados de nuestra normalidad o que viven en una realidad alterna, pero basta colarse en las oficinas de Google Nudle y ver como tratan a uno de ellos para terminar poniéndose del lado de DedSec.

Watch Dogs 2 es la prueba de que Ubisoft se tomó en serio las críticas a sus juegos. Les criticaron que Assassin’s Creed estaba demasiado desgastado y, pese a haber hecho un Syndicate excelente, le pusieron freno a la máquina anual para mejorarlo de verdad. Se le criticó que Watch Dogs había sido mucho humo (sin que yo particularmente tenga mala opinión de ese juego) y con Watch Dogs 2 hablaron menos e hicieron un producto muy superior. Para mi, uno de los mejores open world del año.

Lo mejor:

  1. La recreación de San Francisco y alrededores
  2. Las misiones nunca se sienten repetitivas
  3. ¡Se acabaron las Ubi-torres!

Lo peor:

  1. Los protagonistas son casi una caricatura y puede costar empatizar con ellos

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Desarrollador: Ubisoft – Plataformas: PS4 (revisada), Xbox One, PC – Precio: USD $60.

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