Desde tiempos inmemorables, diversos científicos y futuristas han afirmado que llegará el momento donde podremos crear carne comestible artificialmente en probetas de laboratorios. Lo que en su momento parecía sacado de un libro de ciencia ficción ahora podría ser una realidad, solo queda perfeccionarlo, ya que los hombres de ciencia de hoy estiman que para el año 2030 podremos consumir carne producida en un laboratorio, en este caso específico: Pavo.
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Conversando con MIT Technology Review, el profesor de ciencia de la Universidad de Carolina del Norte Paul Mozdziak tiene confianza de que en unos 15 años más la “carne del futuro” se producirán en tambores de 5.000 galones y las granjas de procesamiento serán reemplazadas por “agricultura celular” de gran escala. “En unos años más cuando la gente entre a los supermercados y decida sobre que quiere comprar, si carne procesada o cultivada, estoy 100% seguro de que la cultivada será tan o más barata que la tradicional.”
El proceso actualmente funciona así: Los científicos toman una pequeña pieza de pechuga de pavo y la dejan aislada con células madres especiales que forman fibra de músculo. Dichas células se ubican en una suerte de “sopa” de azúcares y aminoácidos que hace pensar a las células que siguen dentro de un pavo y continúan desarrollándose. Según indica The Telegraph, una sola “célula satelital” puedes producir lo suficiente para producir 75 miles de millones de nuggets de pavo.
El problema actual de esta “maravilla” de la tecnología es su alto costo. El año 2013 solo para producir la primera hamburguesa creada de carne cultivada les tomó tres meses y costó más de USD $270.000. Producir un pavo completo costaría cerca de USD $25.000 en suero orgánico para fabricarlo en el laboratorio de Mozdziak, por lo cual el desafío actualmente es poder reducir los costos para hacerlo disponible comercialmente a las masas.
Para ello al menos el equipo de la Universidad de Carolina del Norte se encuentra trabajando con David Kaplan, experto en ingeniería biomédica de la Universidad de Tufts para hacer crecer dichas carnes cultivadas en un ambiente en 3D, no solo como “líneas de carne”, lo cual ayudaría a acelerar procesos y reducir costos.
Muchos vegetarianos y veganos han expresado públicamente que consumirían carne producida en laboratorios, por lo que organizaciones medioambientales y en defensa de los animales están más que a bordo de la idea.
¿Y ustedes se comerían un pavo cultivado artificialmente en un laboratorio?
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