Ha llegado el momento de dar por muerto a Windows 8.1. Era algo que se veía venir con el lanzamiento y apoyo incondicional por parte de Microsoft a su flamante Windows 10, y ahora, con su presencia cada vez más expandida, la compañía ha decidido cortar completamente la distribución de equipos con este sistema operativo ya instalado.
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No se trata de algo inesperado, de hecho, Microsoft lo había hecho público desde hace ya bastante tiempo, cuando reveló su tabla de periodos de soporte y distribución, en donde marcó este 31 de octubre como el último día en el que movería Windows 8.1 y Windows 7 Pro entre sus OEMs con equipos en venta:
Es así como ahora, cualquier interesado en adquirir una portátil o computadora de escritorio, se topará ya únicamente con productos que tienen en su interior Windows 10. Llegó el momento, Windows 8.1 es oficialmente cosa del pasado.
Por fortuna esto no significa que el sistema operativo haya quedado desahuciado, ya que Microsoft tiene otro calendario, relativo a los periodos en los que seguirá ofreciendo respaldo a su software, donde Windows 8.1 seguirá bajo cuidado hasta el 10 de enero de 2023.
Lo más probable es que cualquier equipo con Windows 8.1 dentro de siete años ya será obsoleto por la propia naturaleza del sector, así que todos están relativamente cubiertos.
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