A pesar de que la empresa de Cupertino esté vendiendo como pan caliente sus nuevos MacBook Pro (que tienen muy poco de “pro”) creo honestamente que estamos por llegar a ver cómo explota la burbuja. Y me da lástima.
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Acúsenme de viudo de Steve Jobs, pero cuando a veces te ibas de bruces en las ventas por tratar de innovar o al menos “conectar los puntos” de la competencia para hacer un producto atractivo, no importaba tanto el precio. Uno sabía que estaba pagando por un sistema operativo, una experiencia y un ecosistema estables donde todo “simplemente funcionaba”. Sin complicaciones, sin segundas vueltas: lo prendías y a correr.
Fuimos testigos de como la saga Pro de los MacBook era aniquilada en pos de cumplir con pequeños lujos de diseño como la delgadez. No quisiera ser un fotógrafo que depende del puerto de lectura de tarjetas SD para hacer rápido su trabajo. Ver a un ingeniero en sonido teniendo que hacer mapas de adaptadores (que se venden por separado) para lograr realizar su trabajo profesional con un equipo que apunta a ese segmento, a los profesionales, a los que requieren de cosas que el público general no. Para ese público estaban MacBook Air, pero quisiste cruzar las líneas, Apple.
Ahora tenemos a todos disconformes a menos que tu uso sea revisar redes sociales y sitios web de vez en cuando y para eso puedo encontrar un equipo mucho más barato. Si quiero un MacBook Pro es porque quiero utilizar programas de edición de foto, video y sonido complejos, que no solo requieren de lo que está dentro del computador para funcionar. Ahora hay que cargar con un montón de adaptadores para hacer tu trabajo, lo que va en contra de la ideología a la que Apple nos tiene acostumbrados hace décadas.
Demonios, hasta eliminaron uno de sus mejores inventos, el cargador MagSafe.
MacBook Pro, de verdad Pro
Es fácil decir que puedo comprar un laptop con Windows 10 y ya está, pero no tanto cuando he sido parte de un ecosistema que actualmente me está traicionando y donde veo que para hacer trabajos fuertes los modelos que me sirven, 2015 para atrás, se van a quedar obsoletos. Apple nos está privando de vivir el presente a costa de vendernos un futuro donde no estamos cómodos y los únicos que han llegado parecen ser ellos, unos incomprendidos.
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Para mantenerme dentro del ecosistema tecnológico que me acomoda deben cambiar estándares de todos los aspectos de la tecnología en general, o rendirme a comprar cerca de cinco adaptadores y andar con un bolsito a todos lados. No, gracias. Quizás en cinco años veamos hacia atrás y nos demos cuenta que Apple tenía razón, nos han dado razones para creerlo en el pasado, pero ahora y por los próximos años, los gimmick de las nuevas MacBook Pro, su falta de compromiso con el público objetivo y la traición a su filosofía me hacen por primera vez en diez años, buscar una solución en otro lado. O de frentón quedarme con mi MacBook actual sabiendo que quizás sea el último. Seremos testigos de como la manzana mordida cambia su público y pierde a su segmento más fiel.
Quizás nos vemos en el futuro, Apple. Pero el presente le pertenece a otros.