Hace un par de años el servicio de microvideos Vine llegó a revolucionar el concepto de lo que conocíamos como material audiovisual en internet, como un Twitter pero para videos, donde apenas podías grabar 6 segundos, siendo utilizado desde en eventos deportivos para enviar anotaciones hasta sacando lo mejor de comediantes para hacer reír en un espacio ínfimo de tiempo. Lamentablemente las cosas no pintan igual en el 2016 para la red social.
PUBLICIDAD
En una interesante investigación del portal español Hipertextual, estos han notado como, de manera casi silenciosa, la popularidad del sitio ha ido declinando con el tiempo, esto por varios factores entre los que se encuentran la salida de miembros importantes de su equipo de trabajo, la poca innovación que ha tenido la plataforma, la nula monetización de contenidos y como esto último ha hecho que sus estrellas más prominentes (o viners) huyan a alternativas mejores y preparadas para la época actual.
En lo que se refiere a datos duros, desde el año pasado la app comenzó a decaer en su popularidad -atribuido a la aparición de nuevos servicios como Snapchat o las mejoras de Instagram– perdiendo su privilegiado lugar en top 100 de las aplicaciones más descargadas para pasar a estar bajo los 250 en iOS y los 440 en Android. Junto a ello, desde hace un año está completamente estancado en su cantidad de usuarios. Otro punto indicado es la salida de gente de la empresa, como su principal responsable de ingeniería, Ben Sheats, a quienes se suman otros product managers.
Imagen: Hipertextual.com
La lenta evolución e innovación del servicio también le ha jugado en contra, recién en junio de este año expandieron el límite de sus videos a 140 segundos, aún no es posible monetizar directamente los millones de loops y solo esta semana se añadió un soundboard para añadir sonidos personalizados a tus creaciones, mostrando un poco la desesperación del sitio en valerse de contenido cómico y viral para mantenerse relevante.
Los creadores de contenido no están felices, teniendo que recurrir a tratos con marcas, pero sin recibir compensación directa de Vine. De hecho la gran mayoría que utiliza Vine solo lo hace para atraer a su público a sus otras plataformas, como el caso del comediante Estadounidense Marlon Webb, el cual si bien se hizo viral gracias a sus minivideos, no vería el fruto de su trabajo hasta dar el salto a YouTube.
Obviamente Vine está lejos de morir en el corto o mediano plazo y la compañía no hará mención a ninguna de estas fallas públicamente, sin embargo es un grave precedente de que las cosas no van bien para Vine que no está mostrando un interés real en reinventarse como han hecho otras redes sociales más populares. Y de no haber un cambio contundente no nos sorprendería que al final termine como el fallido experimento de Tout.
Opinar es gratis, como siempre. No olviden seguirnos y comentar en Facebook.