FIFA 17 es el juego de los empujones (o de los empellones, como diría un antiguo comentarista deportivo en Chile). Es normal, por ejemplo, que en la Premier League de Inglaterra los jugadores utilicen mucho el cuerpo ya sea para desplazar a un rival o bien para proteger la pelota.
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Aquel juego físico ya estaba presente en versiones anteriores pero en FIFA 17 se ha potenciado, para bien (excepto cuando la CPU abusa de ello, cosa que a veces pasa). Y eso da como resultado que la forma de defender tenga que modificarse un poco.
Hace unos años, EA Sports implementó el sistema de defensa táctica que hizo que jugadores decentes pasaran a ser derechamente malos porque presionar un botón para quitar el balón ya no era suficiente. FIFA 17 explota aún más ese concepto dándole una dimensión diferente: lo importante es posicionarse bien y en la medida de lo posible, evitar meter el pie o ir al piso hasta que el robo sea seguro. Durante una temporada completa en la Premier League pasé de encajar dos (o más) goles por partido hasta bajar el promedio a poco más de uno. Y en la recta final del campeonato los goles los vendí caros. ¿Por qué? Porque logré ajustar y controlar la manera en que mis defensas atacan los espacios y cortan las lineas de pase.
Cortar las lineas de pase, el elemento clave
Este año, EA Sports cambió el motor de juego y normalmente eso implicaría un año de “transición”, con cosas que no resultan tan bien a la primera; lo vivimos hace unos años con su motor de físicas, que no fue sino hasta su segunda iteración cuando dio en el clavo. Había algo de temor respecto a Frostbite y sobre todo habiendo probado las versiones no terminadas de FIFA 17 que venían con algunos problemas en el framerate, pero afortunadamente eso quedó atrás y el juego no sufre con aquello excepto en raras ocasiones donde el juego se bloquea por una milésima de segundo.
El cambio de motor parece haber sido una buena decisión, sin lugar a dudas.
A los habituales agregados de animaciones en esta versión EA Sports trajo algunas modificaciones a la forma de realizar los saques de falta. Los corners ahora se controlan con una pequeña mira y dependiendo de la potencia es la curva que hace la bola. Los penales son un caso más dramático ya que ahora se puede ajustar la forma de correr y de apuntar y si bien ya hay algunas quejas al respecto a mi me parece que el nuevo sistema es mejor porque no es llegar, dar una dirección y esperar que el arquero se tire hacia el otro lado.
Los penales en la vida real nunca han sido fáciles de tirar.
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En cuanto a los tiros libres, los más directos se lanzan igual que siempre pero ahora los más lejanos se pueden “bombear” al área gracias a la pequeña mira (la misma de los tiros de esquina) y emulan de mejor forma aquellos centros peligrosos que en juegos anteriores eran bastante inútiles. Eso, sumado a la forma en que los jugadores bloquean y usan el cuerpo al estar dentro del área da resultados bastante auténticos. Similar caso en los saques laterales, los que ahora permiten ajustar la posición del lanzador y hasta hacer una finta.
The Journey
Lo que EA Sports promocionó como modo historia es en realidad el Be a Pro de siempre pero ahora con más contexto. Básicamente, en The Journey (“El trayecto” en español) hay que seguir la vida de Alex Hunter como futbolista desde que estaba en su equipo de barrio y tenía 11 años. Las situaciones semi tensas comienzan de inmediato, pateando un penal en una definición de liga infantil; de ahí en adelante, Alex debe no solo hacer las cosas bien dentro de la cancha sino también fuera de ella.
Dependiendo del equipo escogido inicialmente -los 20 de la Premier League- las chances de jugar y los objetivos a cumplir son mayores o menores. Pero además de rendir dentro del campo hay que hacerlo fuera de él o frente a los micrófonos, y todas las respuestas que Alex da tienen consecuencias en el comportamiento de los que están a su alrededor. Un jugador mesurado le gusta al entrenador, pero no tanto a los fans. Y sin el apoyo de los fans, más difícil es conseguir un auspicio.
Dentro de la cancha, The Journey es, repito, lo mismo que Be a Pro. Se puede jugar con todo el equipo o bien controlando solo a Hunter y para hacer las cosas bien hay que confiar no solo en la habilidad de uno como jugador sino en lo que los compañeros como CPU puedan hacer. Y aquí es donde la autenticidad de este modo se cae, en mi opinión: el equipo propio controlado por la CPU no hace siempre lo que uno esperaría que hiciera. Por ende, los mejores resultados se consiguen controlando a todos los jugadores, atentando contra la premisa básica de The Journey, que es vivir la historia de un solo jugador.
Como sea, The Journey dura solo una temporada y está bastante bien realizado. Personalmente no es un modo que me interese demasiado (nunca me llamó la atención el Be a Pro y esto es a grandes rasgos lo mismo), pero asumo que mucha gente lo va a apreciar. Y esperaría que el siguiente FIFA extienda la historia de Hunter siendo ya un profesional hecho y derecho.
Conclusión: El paquete completo, otra vez
A estas alturas todo jugador de FIFA sabe lo que trae FIFA respecto a licencias y contenido en general. Lo importante para EA Sports es, como mínimo, no estropear la jugabilidad y mejorar en la medida de lo posible los puntos siempre débiles. Y lo consiguen, porque este año la CPU ya no juega (tanto) al estilo Barcelona con porcentajes de acierto de pase altísimos y por primera vez en varios juegos no he necesitado ajustar los sliders para no rabiar por goles imposibles hechos en el último segundo.
En general, FIFA 17 no es un juego tan sencillo sobre todo en defensa, pensando en que algunos conceptos todavía son difíciles de asimilar (todavía hay gente llorando por la defensa táctica) pero personalmente no veo que tenga demasiados problemas. Me gusta que el juego sea más lento, me gusta poder ser yo el que controla cuando se juega más rápido o cuando hay que esperar al rival y cansarlo hasta que hacen una tontera. Me gusta que en Clase Mundial el juego sea un buen desafío y aún cuando en mi Premier League disputo los primero lugares, por ahí me comí un 0-5 por hacer experimentos raros.
La jugabilidad de FIFA 17 no va a alienar a ninguno de los fans de FIFA, eso es seguro. Más allá del cambio de tecnología (el juego ahora se ve mejor), hay un buen trabajo redefiniendo algunos detalles y en general haciendo un mejor juego que antes. Y eso siempre se agradece.