Hay grandes avances en la ciencia y robótica, algunas veces con finalidades meramente lúdicas, pero otras veces, como en este caso, se realizan los avances de manera auténtica en nombre de la ciencia, aunque el invento pueda ser confundido con un elaborado y costoso juguete sexual. Después de todo no todos los días se reúnen los científicos para crear un trasero robótico.
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De acuerdo con una publicación del Colegio Imperial de Londres, un grupo de un grupo de investigadores de esta institución ha creado un prototipo de un ano robótico, anatómicamente perfecto, el cuál sería exactamente igual que uno humano. Aunque este dispositivo ha sido desarrollado con una finalidad didáctica y médica.
Este “dispositivo”, según afirman en MotherBoard, ya ha conseguido financiamiento para producirse en serie, como una herramienta de apoyo para las nuevas generaciones de estudiantes de medicina, que podrán pulir sus habilidades para realizar de manera correcta la complicada maniobra del tacto rectal, algo que agradecerán todos los hombres que ya no servirán como territorio de ensayo.
La práctica recurrente es la base para el dominio del tacto rectal, detectar patologías de la próstata y hasta el origen de algún cáncer es posible sólo gracias a la ejecución recurrente de este movimiento, de modo que el trasero robótico hará posible lograr una nueva generación de proctólogos con un buen grado de dominio de sus habilidades.
Gracias, ciencia.
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