Debo reconocer que fui a jugar For Honor sin ninguna expectativa. En cero total. Sabía que era un juego de caballeros medievales y poco más. Que había multijugador. Y eso era todo.
Para mi sorpresa, la demostración de E3 no era de multijugador sino de historia. Segunda sorpresa: se veía bien. Y tercera sorpresa: el sistema de combate cuerpo a cuerpo es bastante bueno.
En For Honor existen enemigos “normales” que son más débiles y que con un par de golpes caen sin apelación. Pero otros, los más poderosos, requieren de cierta técnica/táctica que tiene que ver con protegerse de los golpes que pueden venir de tres direcciones diferentes: izquierda, derecha, arriba. Cuando ambos soldados están en guardia, el que ataca elige una dirección para atacar y el defensor debe igualar esa dirección con el control para frenar el golpe. En caso contrario, la perdida de sangre respectiva.
El sistema en los primeros dos intentos de uso es raro, pero luego se hace intuitivo y llego a pensar que perfecto para el tipo de juego. En pocos minutos ya había dominado los movimientos y estaba bloqueando con acierto ataques de lado y lado, amén de tratar de sorprender al rival atacando por el flanco que no defendía. Aquello se hacía más complicado cuando me enfrenté a dos enemigos, pero dos golpes al gatillo izquierdo son suficientes para cambiar el target sin mayor problema.
For Honor es un juego de caballeros con armadura y por ello se siente pesado. Lo cual es lógico, porque mover tamaño peso no debió ser tarea sencilla ni para el más ágil de los caballeros medievales. Pero de la misma forma, los golpes tienen un cierto peso y aquello, junto al correcto sonido, hace que los impactos suenen potentes y se sientan profundos. Luego de 25 minutos de demo, nada como sentir los espadazos insertarse de lado a lado en los cuerpos de los rivales. Como sucedía en la Edad Media, según los libros.
Terminada la presentación, me quedé con la idea de que For Honor es un juego bien efectivo. Su propuesta parece simple pero lo mostrado por Ubisoft es suficientemente bueno como para ponerle una ficha. Y es que, repito: iba sin ninguna expectativa, sin saber que iba a encontrar. Terminé en un juicio por combate muy tenso, bien difícil y con gente (virtual y real) mirando atentos a ver quien era el que se desangraba en el piso.
A For Honor habrá que tenerlo en la mira.