El senado francés se encuentra a punto de hacer historia, ya que ha presentado una interesante y ambiciosa iniciativa, en donde proponen vetar el envío de correos electrónicos referentes a pendientes de trabajo, recibidos en horarios fuera de los asignados para asuntos laborales. Esto quiere decir que pronto podría ser ilegal recibir indicaciones o asignaciones durante los periodos de descanso.
El “derecho a desconectarse” planteado por este proyecto de ley es justificado a raíz de las tasas de estrés que ha detonado el uso constante de dispositivos inteligentes, capaces de hacer más eficiente nuestro trabajo y más grata nuestra experiencia de entretenimiento, pero que también se habrían convertido en un medio de contacto y acoso laboral fuera de los horarios de oficina.
La propuesta por el momento indica que aquellas compañías con más de 50 trabajadores tendrían prohibido el envío de correos electrónicos entre empleados, subordinados y supervisores fuera de las horas designadas formalmente para las actividades de la empresa. Esto obligaría a la generación de un horario específico para la recepción de estos mensajes, así como un sistema de regulación para evitar su incumplimiento.
La iniciativa es interesante y pone de manifiesto una realidad laboral actual, pero posee algunos huecos obvios. La idea de prohibir el envío de correos electrónicos desde las cuentas oficiales de la compañía no evitará que se contacte por otros medios como WhatsApp o incluso redes sociales. Sería necesario pulir las regulaciones y sanciones antes de aprobarse.
Pero representa un caso curioso digno de compartirse y evaluarse.
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