PS4, Xbox One, PC Massive Entertainment Ubisoft
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Al hablar de The Division es bueno ir directo y al grano, sin muchos rodeos (el juego da los suficientes como para extenderlos en este texto). ¿Es bueno? Sí, de hecho la experiencia es fantástica. ¿»Debería yo jugarlo»? Depende, porque no es un juego para todo mundo dado su género: es un RPG mezclado con MMO con un gran énfasis en la gestión de estadísticas, equipamiento y por supuesto, loot.
A diferencia de otros juegos del género en consolas, eso sí, The Division es bastante más coherente en su propuesta y su funcionamiento es mucho más depurado. ¿Por qué? Porque Massive Entertainment dio en el clavo en el modelo de juego -mundo abierto-, en la implementación del sistema de matchmaking y en la espectacular ambientación de la ciudad.
New York, New York
Vagabundear en las calles de la ciudad azotada por una crisis que comenzó en Black Friday con un virus embutido en billetes es una experiencia bien inmersiva. El entorno es creíble, desde el tutorial en las calles de Brooklyn hasta la zona de Broadway y Times Square. La historia puede parecer un poco inconexa o dispersa si se deja pasar mucho tiempo entre misiones principales y si bien no se trata de un guión merecedor de un Oscar, se mezcla muy bien con el ambiente y las urgencias del juego. Cada tres esquinas hay gente pidiendo ayuda, o delincuentes haciendo algo que merece que un agente de la división intervenga.
A diferencia de otros juegos de Ubisoft -léase Assassin’s Creed o Far Cry- y pese a que en ciertos momentos el mapa se puede llegar a ver lleno de actividades varias, el juego nunca cae en la monotonía de avanzar por avanzar. Y es que por ser tratarse de un RPG-MMO, dedicarse a recolectar objetos por el mapa y subir de nivel tiene su razón de ser. Las misiones están calificadas por nivel de experiencia y obviamente, entrar a una no apta para el nivel actual es muerte segura. Por ende, lo mejor es construir el personaje y su armamento antes de intentar nada y eso se hace metiéndose en secundarias y acumulando dinero, experiencia y mejoras en la base de operaciones.
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Luego, está el esquema de juego y las mecánicas más básicas que son usar las coberturas y disparar. No, no es Gears of War en cuanto al refinamiento de esas mecánicas pero The Division funciona bastante bien y hay pocas quejas en ese aspecto. Tampoco revoluciona el modelo, pero es difícil que algún juego lo haga en 2016. Lo que hoy se pide es un sistema que funcione y que no esté roto y eso The Division lo consigue con holgura.
The Division es una experiencia que se disfruta mejor en compañía pero que en solitario no es ninguna tarea tediosa, a diferencia del juego que no quiero mencionar pero que ya sospechan cual es. A lo largo de 24 horas de juego, he realizado bastantes misiones sin ayuda de nadie y me sorprende que el nivel de dificultad sea más alto de lo que parezca. Los enemigos no tienen una IA tan elegante pero de tanto en tanto flanquean y no es extraño encontrarse con un kamikaze atacando por la espalda. Interesantemente, existen varios niveles de dificultad pero la experiencia entregada al terminar una misión no varía; en cambio, los premios son mejores a más alta dificultad.
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La zona más oscura
Y cuando el esquema PvE (jugador versus entorno) no es suficiente, llega la Zona Oscura, definida como PvPvE (jugador versus jugador versus entorno). La temida Dark Zone, un lugar donde los enemigos son más brutos, los premios son más suculentos y donde los agentes pueden atacarse unos a otros sin contemplación.
La Zona Oscura es un lugar tenso y donde la ambientación, sobre todo en los primeros minutos, se nota bien diferente al resto de Manhattan. La ciudad ya está podrida en las áreas controladas, pero la Zona Oscura es peor y ahí está su encanto, por el hecho de no tener una base cercana y porque los (buenos) premios que se consiguen hay que extraerlos (lo que puede ser más difícil de lo que parece) llamando a un helicóptero en zonas predeterminadas.
Caer abatido en la Zona Oscura es perder el loot y que cualquiera lo pueda recoger, sin derecho a pataleo. Matar a un agente en la Zona Oscura es tener un ícono de «agente deshonesto» sobre la cabeza y ser el blanco del resto de agentes honestos. Entrar a un estacionamiento subterráneo en la Zona Oscura, en solitario, es muerte segura. En grupo, es toda una odisea. La Zona Oscura en general es todo una odisea, tanto como para decir que el resto del juego es casi un entrenamiento, una preparación para ese desafío.
Conclusión: El mejor peor invierno del mundo
The Division es un juego muy sólido, cuya implementación del modelo RPG-MMO de “universo compartido» da en el blanco en todos sus aspectos. Que sea un mundo abierto es uno de ellos y la mezcla entre guión y ambientación da como resultado una versión increíblemente buena de la New York azotada por el virus del dinero. ¿Y los bugs? ¿Cómo andan los servidores? Con casi una semana de vida, los problemas han sido bastante aislados y ello responde a un lanzamiento bien preparado y una infraestructura muy probada.
En mi opinión particular, y tal como mencioné en el primer párrafo, The Division es una experiencia fantástica. Sí, es cierto que a mucha gente le puede causar ruido que necesite conexión permanente a internet (¿quién hoy en día desconecta su consola o PC para jugar?). Pero para los que hoy pululan en el mundo The Division aquello parece no ser un problema; para mi ciertamente no lo ha sido, durante 24 horas con un personaje «apenas» nivel 16. Y cuando las cosas son buenas y están bien hechas, se disfrutan por horas y horas. The Division sigue ese camino.
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The Division es un producto muy sólido que se traduce una experiencia de juego fantástica. |
