Los taxistas de la ciudad de Santiago tampoco están ajenos al fenómeno de los «choferes privados de todos» y por ello, hoy 23 de marzo salieron a la calle a protestar por lo que ellos consideran es «un servicio ilegal», como Uber.
Los choferes, eso sí, no apuntan directamente a Uber sino también a Cabify, servicio similar que se utiliza a través de una aplicación en el teléfono con la cual se consigue un chofer privado. «Uber es ilegal, es un servicio pirata y no pueden andar como si nada por la calle. El gobierno tiene que sacarlos», me comentó uno de los taxistas en medio de la protesta.
Particularmente hoy, los taxistas tienen como objetivo llegar hasta las oficinas de Uber para hacer ver (y sentir, a través de las bocinas de sus autos), su malestar.
Como sucede en prácticamente todos los países donde Uber opera, el conflicto con los taxis tradicionales tiene en buena parte que ver con la regulación de transporte existente. Por tratarse Uber (y Cabify) de un servicio nuevo, esas regulaciones no cubren su utilización y es normal que los servicios de transporte más tradicionales se vean amenazados ante su presencia.
¿Y qué dice Uber? La compañía emitió un comunicado en el cual enfatizan que están por «mejorar la calidad de vida» de sus usuarios.
Por su parte, desde hace algún tiempo el Ministerio de Transportes está fiscalizando a los vehículos de Uber y Cabify por considerarlo un «servicio informal».
En lo concreto, lo más probable es que Uber siga funcionando como si nada (yo lo usé ayer) y que la reglamentación tendrá que revisarse.
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