El desierto de Atacama, el más árido del mundo, ha sido considerado desde hace bastante tiempo por la NASA como uno de los ambientes más similares a Marte, debido a la exposición de radiación ultravioleta y a la poca cantidad de agua que existen en ambos lugares. Es por ello que la agencia norteamericana llevará a cabo hasta 2019 varias pruebas en el sector, ya que expertos consideran que las condiciones de la zona al norte de Chile pueden dar cuenta de si existe vida en el “Planeta Rojo”. Todo esto a través de un proyecto denominado ARADS (Estudios de Perforación Robótica para Astrobiología en Atacama, por sus siglas en inglés).
Los investigadores han detectado que en las condiciones que existen en dicha parte existen colonias microbianas subterráneas o dentro de rocas, lo que daría cuenta de la posibilidad de que exista vida en el cuerpo celeste, gracias a la similitud entre ambas zonas.
De acuerdo a, las condiciones secas y frías de Marte provocarían la presencia de moléculas orgánicas denominadas “biomarcadores”, las que se encontrarían por debajo de la superficie. Para comprobarlo, se deberá enviar robots los que deberán colocar un taladro y perforar el terreno.
El despliegue de la primera parte del proyecto finalizó hace 1 mes, en el que los investigadores ya dieron cuenta de los límites de las tecnologías de perforación y de detección de vida que podrían ser enviadas al planeta en el futuro. Dicha etapa se realizó en la ex estación Yungay, a 80 km. de Antofagasta.
Entre los experimentos, se pusieron a pruebas elementos como un taladro, un brazo de transferencia de la muestra, un detector de signos de vida SOLID de propiedad del Centro de Astrobiología español y un prototipo del laboratorio de química húmeda (CMT) que voló en la misión Phoenix en 2007. Según Phys, Los resultados fueron satisfactorios y ahora se recolectarán varias muestras para ser analizadas en diversos laboratorios.
Brian Glass, científico de la NASA y principal investigador de ARADS, adelantó a CNN Chile que tras varias pruebas, la intención es de poder armar una misión simulada en el país en 2019, como si estuvieran en Marte. De momento, el programa debe justificar la viabilidad técnica y el valor científico para que pueda ser replicado en dicho planeta en el futuro.
Además de Yungay, los expertos también evaluaron las zonas de Salar Grande y María Elena, que se caracterizan por su sequedad y por la presencia de otros minerales. Estos 3 lugares formarán parte del proyecto, que tendrá más fases de análisis durante los próximos 4 años.
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