En octubre del año pasado surgió una noticia sobre una supuesta megaestructura alienígena ubicada alrededor de una rara estrella a 1.500 años luz de la Tierra, pero para la comunidad astrónoma las posibilidades de que se tratara de extraterrestres era “muy baja”. Ahora, el astrónomo Bradley Schaefer de la Universidad del estado de Lousiana retomó la investigación sobre el tema.
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¿Por qué les parecería tan extraña esta estrella a los astrónomos?
En primer lugar, se llegó a la idea de que existe una estructura enorme cerca de la “rara” estrella, llamada KIC8462852, la cual ha sido observada teniendo cambios demasiado drásticos en su luminosidad, es por esto que llamó la atención de los astrónomos. Muchas estrellas tienen fluctuaciones temporales respecto a su luz, aumentando y disminuyendo con el tiempo, pero en el caso de KIC8462852 son más exageradas en comparación al resto.
Entre 2009 y 2013 los astrónomos utilizaron el telescopio espacial Kepler y descubrieron que a veces dicha estrella llegaba a perder un 20% de su luminosidad. Y estos cambios no se realizaban siguiendo algún patrón, eran más bien dispersos.
Se presume que los cambios ocurrieron porque algo enorme debió estar bloqueando la luz cada cierto tiempo, lo que podría ser un planeta o algún objeto en órbita tapando la luz y cambiando el patrón de la luz. Se cree que es algo que cambia de forma con el tiempo, bloqueando diferentes niveles de luz con intervalos arbitrarios.
Anteriormente se había afirmado que no había vida extraterrestre en dicha estructura. Y luego, el fenómeno se le atribuyó a los cometas, pero Schaefer lo puso en duda. Para llegar a su conclusión, éste tuvo que indagar en los archivos de Harvard sobre astronomía, y se encontró con la sorpresa de que había información sobre KIC8462852 desde 1890. Estos archivos lanzaron mediciones sobre la luminosidad de la estrella entre 1890 y 1989 y descubrió que la atenuación irregular de la estrella ha estado así por 100 años.
Schaefer explicó en su investigación que “esta atenuación que duró un siglo requería alrededor de 648.000 cometas gigantes (de 200 km de diámetro cada uno), todos sincronizados para pasar enfrente de la estrella, completamente improbable”.
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Descartando la teoría de los cometas, Schaefer reavivó la posibilidad de que la causa sea una megaestructura construida lentamente por una civilización avanzada de alienígenas, ya que las atenuaciones son causadas probablemente por un solo mecanismo.
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