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Jessica Jones: La fórmula de Marvel se desgasta pero aún funciona

ALERTA SPOILER: algunos de los puntos más críticos sobre Jessica Jones tienen relación directa con su ritmo y trama. Se recomienda discreción a nuestros lectores si no tienen ningún antecedente sobre la historia del personaje y no desean fastidiarse las… ¿sorpresas? En los dos primeros apartados los detalles son mínimos, pero en los dos últimos se hablará de lleno sobre lo que hizo Netflix.

Luego del aplastante éxito que representó Daredevil, considerada por muchos (incluidos nosotros) como la mejor serie live-action basada en un cómic, el reto para Jessica Jones parecía más serio que nunca. La expectativa se elevó por los cielos, ya que se fijó en el público la idea de que Marvel aprovecharía las posibilidades de esta plataforma de streaming para lograr producciones más elaboradas, violentas, crudas, serias e intensas, sin las ataduras de autocensura propias de un canal de TV convencional, que necesita ganar audiencia a cualquier costo.

Jessica Jones sigue la innovadora línea que inició su antecesora con relativo éxito, aunque los detalles de una producción apresurada son muy difíciles de disimular y aquí resultan obvios. Las ideas planteadas en el arco general de su historia son muchas, muy ricas y muy diversas, pero la fragmentación y ritmo de la producción en general vuelve un poco necesario seguirle el rastro a las ideas discursivas que busca plantear.

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De modo que Jessica Jones logra su cometido, aunque tal vez no lo hace con la solidez que ameritaba, sobre todo en razón de las ideas que plantea a partir de los temas delicados y complejos que aborda. Para hablar de ello aquí dividimos en cuatro ejes principales la experiencia de la primera temporada de esta serie, cuando haya algún spoiler grave en la sección se advertirá:

Para quienes leyeron el cómic

(C) Mavel Comics

Es curioso, pero el primer punto de conflicto (y equilibrio) con Jessica Jones viene directamente desde la referencia a su material original y su necesidad de justificar su adaptación. La línea MAX de Marvel, de donde surgieron los cómics de Alias, concebidos por Brian Michael Bendis, significaron en su momento un suceso emocionante, al plantear historias exclusivas para un público adulto con un tono más maduro.

Aquí conocimos a Jessica Jones y resultó una grata sorpresa encontrarse con una anti-heroína tan compleja en sus matices, con una historia tan cruda por momentos, tan retorcida en otros; la serie de Netflix busca rescatar eso y meterlo en el paquete, eso queda patente desde la propia secuencia de títulos, que es un tributo completo al arte de portada de los 28 cómics que iniciaron todo.

SPOILER: Pero también está el contrapunto, que sucede desde el primer episodio, donde, ante la necesidad de justificar las nuevas versiones (y apariencias) de personajes como Kilgrave, Power Man o Patsy Walker, se toman decisiones de narrativa visual que pueden confundir al espectador que no tiene el antecedente de Alias.

El caso más claro en los primeros episodios es el del Purple Man, Kilgrave, interpretado genialmente por David Tennant, que aquí no posee una piel morada, pero que en cambio se modifica la iluminación del escenario por tonalidades de este tipo cada que aparece a cuadro, para dejar en claro a los seguidores del cómic que se trata de él. FIN DEL SPOILER.

De igual modo hay otros tantos guiños y detalles, que conectan con la historieta original y las demás producciones de Marvel. Podría decirse que en el balance final este apartado es un logro interesante para los devotos del universo original, que podría despistar momentáneamente al espectador casual.

La fórmula Marvel vs. el ritmo de Netflix

(C) Netflix

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Recordemos que la producción de esta serie inició en 2010, pensada para transmitirse en la cadena ABC. Por eso en Jessica Jones vemos que Marvel repite la fórmula que venía aplicando antes de Daredevil, donde toman un género como base para narrar su historia y lo mezclan con otros elementos pera lograr un producto que luce atractivo, casi novedoso.

Así como Ant-Man es un Heist Film, Captain America: The Winter Soldier una película de espías con superpoderes y Guardians of the Galaxy una space opera cómica, Jessica Jones toma las bases del rape-revenge exploitation y lo mezcla bajo una atmósfera neo-noir con otras series de tono más digerible, como Veronica Mars y Law & Order: SVU.

La idea es buena, pero depende directamente de la premisa para marcar el ritmo, extensión y distribución de esa mezcla antes de que se desgaste. Ya sucedió con Agents of S.H.I.E.L.D. en su primera temporada, que adoptó un modelo similar al de Smallville y X-Files, para eventualmente verse forzados a evolucionar. La situación con Jessica Jones agrega otro factor diferente a los que vivió esa serie: al ser una producción de Netflix todos los episodios estarían disponibles desde el principio.

Lo que tuvo sus beneficios y desventajas, ya que le brindó mayor libertad al equipo de creativos, a la par que permitió jugar con el ritmo del desenvolvimiento de la trama, al poder verla toda en un maratón, pero también la producción estuvo forzada a cumplir con el número de episodios exigidos, en el corto tiempo acordado con las modificaciones pertinentes de su nuevo modelo, aunque la historia planteada no fuese suficiente para tal extensión.

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Este conflicto es relativamente evidente y los medios que han analizado más allá de la primera mitad de la temporada coinciden en que Jessica Jones tiene un problema general con su ritmo.

Pedo hablaremos de eso más adelante.

Lo que sí funciona de Jessica Jones

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(C) Netflix

SPOILERS: A partir de aquí y hasta el final todo son spoilers. Lean bajo su propio riesgo.

La premisa y los primeros seis episodios de la serie son extraordinariamente buenos, el primer capítulo juega algo con la confusión del espectador, pero una vez que las reglas quedan claras es imposible no involucrarse, empatizando con la protagonista en su búsqueda de justicia (y venganza).

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La presentación de Kilgrave, el chico malo de esta primera temporada, lo muestra como el villano más perturbador e inquietante que hayamos observado en todo el universo cinematográfico y televisivo de Marvel. Lo que funciona aquí es el delineamiento de su personalidad, que se percibe como cualquier persona con traumas, demonios y ambiciones, sólo que aquí se trata de un sociópata con poderes mentales. David Tennant hace un gran papel con su actuación.

Krysten Ritter cumple muy bien con su trabajo y demuestra tener todo el talento  para sostener la serie. Aquí nos muestra una Jessica Jones que parece la mezcla casi imposible de sus dos personajes anteriores para TV. Tiene el acierto de mostrarse como una mujer con miedos y fantasmas, pero dispuesta a llegar a las últimas consecuencias para lograr su cometido, aunque tenga que manipular, abusar y aplastar a todos, amigos y enemigos, para que el escenario esté a su favor.

Si Daredevil se distinguió por abordar su historia con lujo de detalle en la violencia gráfica, Jessica Jones resalta por abordar temas muy delicados, “diluidos” por el filtro de que los héroes y villanos tienen poderes ficticios, pero resolviendo sus puntos cruciales con total crudeza y drama.

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Los matices del abuso sexual y físico, las desigualdades de género, la moral selectiva de la sociedad ante el aborto, la justificación ética del asesinato, el daño psicológico tras una violación, la tendencia a la autodestrucción tras el trauma, la opresión de las minorías y la comunidad LGTB , así como la percepción de la ambición entre los distintos géneros son algunos de los temas que Jessica Jones confronta de forma efectiva, logrando sentar un precedente suficiente para darle valor propio a esta serie.

Otro factor muy destacable de Jessica Jones es que se trata de una serie de superhéroes donde se deja de lado ese asunto para centrarse en conflictos humanos. Lo que eleva bastante el nivel de esta producción, aunque el camino para lograrlo es algo accidentado. De ahí el siguiente e inevitable punto:

Lo que no funciona de Jessica Jones

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(C) Netflix

A pesar de que su planteamiento es realmente muy bueno, Jessica Jones tiene un serio problema de ritmo, es demasiado notorio que su arco medular estaba compuesto de 8 episodios y que tuvo que ser reestructurado para extenderse a 13 y preparar el terreno para otra temporada posible. De hecho si se observa del capítulo 1 al 6, y se da el salto los dos últimos, la historia se disfruta de manera más directa, sin desviaciones y rellenos.

Por desgracia esos episodios que ralentizan la resolución de la trama, tienen también algunas de las secuencias más interesantes e impactantes de la serie, aunque su evolución se muestre fragmentada, torpe y diseñada exclusivamente para alargar el tiempo de los hechos. Llega un punto donde Jessica Jones entra en un bucle constante donde se sigue mecánicamente la misma secuencia:

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  1. Jessica busca a Kilgrave para vengarse, siguiendo algunas pistas improbables
  2. Lo encuentra por algún azar (disfrazado en el guión como astucia del personaje)
  3. Diseña un plan poco prudente para atraparlo
  4. Sus amigos se dividen entre quienes la apoyan y quienes no
  5. Jessica (o alguien más) manipula la situación para ejecutar el plan justo como quiere
  6. El plan tiene un error fatal, todo sale mal, alguien muere y queda peor que al principio
  7. Kilgrave escapa
  8. Jessica se justifica, jura encontrarlo y repite los pasos

A eso se suma la intermitencia de la mayoría de los personajes fuera de la protagonista, que desaparecen por capítulos completos, o son presentados de manera muy circunstancial al principio para tomar fuerza hacia el final, es difícil conectarlo incluso viendo la serie completa de corrido. Eso sin contar que dicha dinámica corta bastante su desarrollo y terminan siendo planos, poco trascendentes en el fondo o un medio para justificar el avance de la trama (como sucede con Trish en la pelea final con Kilgrave).

La adaptación del cómic es buena e interesante en general, pero deja de lado muchas historias que valían la pena, para centrarse casi exclusivamente en el asunto de la violación y Kilgrave. La premisa nunca busca darle importancia a los orígenes de Jones, de manera que cuando quiere hacerlo en la segunda mitad de la temporada ya se siente irrelevante.

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Jessica Jones es oscura pero no es profunda. Aborda estos temas serios como la violencia física y verbal, las facetas del abuso, el síndrome de Estocolmo y el trauma sexual, pero se queda corta al profundizar con ello.

Esto se debe en buena medida al desempeño de los escritores y su falta de detalle al adaptar el personaje. En el cómic Jessica tiene mucha profundidad psicológica, es casi bipolar y autodestructiva, pero aquí se muestra prácticamente como una mujer violenta, afectada, impulsiva, volátil y a veces torpe.

Melissa Rosenberg, la show-runner de Jessica Jones, da un salto consistente y evolutivo desde sus anteriores producciones, que incluyen toda la saga de películas de Twilight, pero su equipo sigue arrastrando problemas con la construcción de personajes y diálogos, donde encontramos parlamentos del calibre de:

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– ¿Si no me escuchas para qué tienes tienes orejas?
– Para escuchar a alguien más.

Hay grandes personajes que aquí hacen su primera aparición y que pronto tendrán papeles más relevantes. La cantidad de cabos sueltos es impresionante, pero los más importantes prometen resolverse eventualmente entre todas las producciones que ya se preparan.

Esta serie puede que no cumpla si las expectativas son muy elevadas pero no es un fracaso.

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Queremos más Jessica Jones, Marvel

(C) Netflix

Comparar esta serie con Daredevil es tan inevitable como inapropiado, al final Jessica Jones se muestra como una producción con valores propios y una propuesta que, si bien se sitúa en el mismo universo narrativo, posee su propia identidad,  con unas bases lo suficientemente  prometedoras como para mantenerse al tanto de la evolución de este personaje y su futura participación en las próximas series de Marvel en Netflix: Luke Cage, Iron Fist y la esperada The Defenders, que reunirá a todos los héroes de TV.

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Jessica Jones es una gran producción, que replantea y da nuevo valor al papel de las heroínas en el mundo de los personajes con superpoderes, donde a pesar de sus fallas logra cambiar las reglas del juego y muestra una faceta fresca con bastante potencial. Será interesante comparar el abordaje de este personaje con el de Wonder Woman el próximo año.

Sus comentarios son bienvenidos en la sección de comentarios.

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