El aterrizaje del cohete de Blue Origin, compañía propiedad de Jeff Bezos, quien también es Director Ejecutivo de Amazon, representa un avance interesante en esta nueva era de la carrera espacial, ya que abriría, en teoría, la posibilidad de plantear el uso de cohetes reutilizables, algo que rompería el paradigma fijo desde el inicio de esta industria.
Esta meta había sido perseguida desde hace años por SpaceX, la otra gran empresa en este ramo privado, dirigida por Elon Musk, que aún no se ha repuesto, luego del estrepitoso fallo de su cohete Falcon 9 hace siete meses, al intentar hacer lo mismo que la nave de Blue Origin, pero sin éxito, provocando una gran explosión.
Los medios inmediatamente abordaron la noticia del aterrizaje exitoso como la muestra máxima de la victoria de Blue Origin sobre SpaceX, lo que al parecer detonó la reacción de Elon Musk, quien utilizó su cuenta oficial de Twitter para felicitar a su competencia y dimensionar la diferencia entre lo que busca su compañía y lo que logró la de Bezos:
Tal como menciona Musk, la nave de Blue Origin tuvo éxito en su prueba, pero se trató en realidad de un cohete diseñado para realizar un vuelo suborbital, a 99 kilómetros de la superficie de la Tierra, que requiere menos potencia y velocidad que los prototipos que ha utilizado SpaceX, cuya potencia buscaría ser suficiente para lograr entrar en Órbita de transferencia geoestacionaria (GTO) y viajar eventualmente a Marte para aterrizar en forma.
De acuerdo con Space News el cohete de Blue Origin viajó a una velocidad Mach de 3,72, mientras que los cohetes de SpaceX requerirían alcanzar velocidades de Mach 30, lo que se ha convertido en el factor de más difícil control al momento de aterrizar sin fallas.
Aún así, todo apunta a que la carrera entre ambas compañías apenas va comenzando.
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