Se ha confirmado un descubrimiento cuyas consecuencias aún están por conocerse, con el potencial de cambiar nuestra concepción sobre el origen de los planetas que nos rodean. La sonda espacial Rosetta, ha detectado la presencia de una enorme cantidad de oxígeno rodeando la atmósfera de su cometa de estudio, el 67P/Churyumov–Gerasimenko, de manera que la presencia de este elemento debe datar desde antes de la formación de nuestro sistema solar, algo que contradice cualquier precepto y teoría establecida antes.
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De acuerdo con la más reciente publicación de la revista Nature, los dispositivos de Rosetta habrían detectado la presencia de oxígeno desde hace un año, en septiembre de 2014, sin embargo, no se hizo público el descubrimiento por temor a que se tratara de un error en la lectura de los instrumentos de la sonda, confirmando ya que efectivamente, este elemento está presente y conforma una parte importante de los componentes del cometa.
(CC) European Space Agency / Flickr
La investigadora de la Universidad de Berna, y encargada del espectrómetro de masas de Rosetta, Kathrin Altwegg, confirmó que ya no hay duda, el 67P está lleno de vapor de agua, monóxido de carbono, dióxido de carbono y oxígeno con más de 4.600 millones de años de antigüedad:
Este es el hallazgo más sorprendente que hemos hecho hasta ahora en 67P. Definitivamente no esperábamos encontrar esto en un cometa. No es solo que haya oxígeno, es que hay mucho. Es el cuarto gas más común del cometa, por cada 100 moléculas de agua encontramos unas tres de oxígeno.
Los niveles de oxígeno presentes alrededor del cuerpo del cometa, según describe New Scientist, se explican sólo si este elemento formase parte de su estructura y composición interna, de modo que su presencia debe remontarse hasta el punto de su formación, mucho tiempo antes de que el Sistema Solar se hubiese constituido.
Lo que representa un punto de debate para la comunidad científica, ya que la concepción común hasta ahora era que se consideraba imposible que el oxígeno pudiese sobrevivir durante miles de millones de años sin mezclarse con otros elementos, particularmente con hidrógeno para formar agua, pero el 67P ha demostrado lo contrario.