Mientras las principales organizaciones mundiales y gubernamentales se esfuerzan en desarrollar políticas ambientales que no vayan en desmedro de la industria, existen algunos casos donde las propias marcas confunden a sus consumidores, vendiéndoles un producto que no son igual de “ecológicos” a lo que plantean en su fichas de eficiencia energética.
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Recientemente las autoridades estadounidenses dieron cuenta que 482.000 automóviles del Grupo Volkswagen (de las marcas Volkswagen y Audi), fabricados entre 2009 y 2015, incorporaban un software que detectaba automáticamente los controles de contaminación, siendo capaces de entregar resultados falsos.
En tanto, el grupo alemán reconoció dicho engaño y anunció el lunes la suspensión de la distribución de automóviles diésel de cuatro cilindros de las marcas Volkswagen y Audi en Estados Unidos. De acuerdo a CNN, estos modelos corresponderían al 23% de sus ventas en dicho mercado.
Michael Horn, director ejecutivo de Volkswagen en Estados Unidos, admitió el error , “nuestra compañía fue deshonetas con la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) y el comité de Recursos del Aire de California, y con todos ustedes”. En total, 11 millones de vehículos comercializados en todo el mundo están equipados con este software.
Como consecuencia, las acciones del fabricante alemán cayeron un 19,8% en la bolsa de Fráncfort, luego de haber bajado un 18,6% el día lunes. La noticia también afectó a las acciones de otras marcas de automóviles como BMW, Daimler, Renault y Peugeot.
Países como Francia, Italia y Corea del Sur tienen a la marca en la mira y anunciaron la apertura de investigaciones y revisiones a los vehículos comercializados del Grupo Volkswagen.
En el caso de Chile, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) también investigará si existen algunos de estos vehículos en el país.