Netflix tiene un par de años siendo el rey absoluto del entretenimiento digital, lo que se ha demostrado en cada ocasión donde se observan los estados financieros de televisores y canales de cable tradicionales. El sistema de ratings desarrollado por la firma Nielsen se encuentra virtualmente muerto, en razón de que nuestros consumos de contenidos ya provienen en buena medida de otras fuentes que la radio o la TV.
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Hoy por fin la compañía ha dado el gran salto, anunciado (y postergado) desde hace demasiado tiempo, y comenzará a estudiar los flujos de preferencias de los suscriptores de Netflix, para medir con mayor certeza qué programas son realmente populares. El comunicado, difundido por el Wall Street Journal, confirma que Nielsen estudiará las reproducciones de cerca de 1,000 títulos en el catálogo de esta plataforma.
(C) AMC
Breaking Bad, uno de los mejores programas de los últimos tiempos, en su momento estuvo a punto de ser cancelado por este caduco sistema de medición de audiencias. Vince Gilligan, creador del show, nunca ha perdido la oportunidad de acreditar a Netflix y su comunidad de suscriptores como los principales culpables de la larga vida y prosperidad de su programa, pero también representó el primer ejemplo patente de que lo que decía este sistema ya no correspondía con los verdaderos gustos de los consumidores.
Sin embargo, cabe señalar que este nuevo sistema, que se integrará a las populares Cajas Negras de Nielsen, según relata ArsTechnica, tiene un funcionamiento limitado, ya que se activa a partir de determinadas señales de audio que recibe, recabando datos sólo si corresponden a alguno de los programas de su catálogo seleccionado. Pero no cuentan con soporte para consumo de contenidos de Netflix a través de dispositivos móviles, ni cuenta con el apoyo directo de la plataforma de streaming, que siempre ha sido muy celosa sobre los datos de sus clientes.
El Sistema de ratings Nielsen diseñado para Netflix no cuenta con la cooperación de la compañía, y la sensación general es que reaccionaron demasiado tarde, pero representa un avance importante, encaminado a mantener vivos aquellos programas que realmente valen la pena.