En Lenovo las cosas no van bien, pues en el primer trimestre de 2015 reportó USD$10.700 millones de lo USD$11.290 millones que habían pronosticado los analistas. Aunado a esto, la compañía obtuvo un 50% de ingresos menos que con respecto al mismo periodo del año anterior, un panorama que contrasta al hito alcanzado en 2014 con la venta de 19 millones de teléfonos en el último trimestre del mismo año.
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Para afrontar esta situación, la compañía está tomando medidas drásticas pero necesarias, como el despido de 3.200 empleados que no pertenecen a sectores de manufactura y que le cuestan a Lenovo USD$640 millones al año, según el reporte de GSMArena. Pero eso no es todo, pues el fabricante planea dejar la responsabilidad de la división móvil a Motorola, compañía que adquirió apenas el año pasado.
Con la gran experiencia de esa compañía en el mercado de teléfonos, la reestructuración de su negocio se basaría en cambiar el enfoque a la fabricación de un determinado número de teléfonos insignia, acercarse más al mercado latinoamericano que tanto le ha dejado y expandirse a nuevos territorios, aunque le ayude mucho vender en su país de origen.
Siguiendo estas medidas, Lenovo se dedicará entonces a la fabricación de computadoras, aunque cada año se ve reducido el interés hacia estos dispositivos, en contraste con los smartphones, de los cuales Motorola será el encargado de llevar las riendas.
