La empresa de taxis de lujo Uber siempre ha declarado que los conductores de sus vehículos no son empleados, sino que contratistas independientes para evitar así pagarles beneficios y seguros.
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Mientras que en California la comisión del trabajo declaró que los choferes de Uber son empleados de la compañía (decisión que apeló), la empresa está enfrentando un problema similar en el Reino Unido.
Ésto es porque la asociación gremial de conductores profesionales del Reino Unido, la GMB, demandó a Uber asegurando que la empresa no está cumpliendo su obligación legal de entregarle a los conductores una serie de derechos básicos respecto a sus pagos (que les paguen el sueldo mínimo), respeto a los días feriados, beneficios de salud, la posibilidad de establecer reclamos formales, y que se puedan tomar descansos durante la jornada laboral entre otros temas más.
Por su parte, según la empresa “una de las principales razones de que los conductores se integran a Uber es porque aman ser sus propios jefes (…) La realidad es que los conductores usan Uber en sus propios términos porque controlan el uso de la aplicación” (los choferes de Uber tienen su propia aplicación para aceptar o no una carrera).