SPOILER ALERT: aquí planteamos una reflexión entre la impresión de la primera Jurassic Park hace más de dos décadas y el resultado de Jurassic World. La mayoría del texto está libre de spoilers, a excepción del tercer apartado, de modo que recomendamos omitir esa parte si no han visto la película.
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¿Tuvieron la fortuna de ser niños en 1993? si fue así las probabilidades de que se hayan metido a una sala de cine para ver Jurassic Park terminando con la quijada en el suelo por la impresión son elevadísimas.
Ahora, 22 años después de este aplastante evento, llega el turno del estreno de Jurassic World, una producción que busca replantear el universo de esta saga y revivir el sentimiento de la película original, el cuál se fue diluyendo hasta rayar en la comedia involuntaria en su anterior entrega.
¿Qué fue lo que cambió entre la primera cinta de Spielberg y su nueva resurrección? en esta nota tenemos la noble intención de compartir una reflexión sobre los méritos originales de la primera cinta de Jurassic Park al presentarnos ese mundo inédito poblado de dinosaurios.
Contraponiendo esa experiencia de hace décadas con el resultado de lo que podemos ver en Jurassic World a partir de este fin de semana. Las sensaciones son muy distintas, intentaremos discernir el porqué.
Spielberg y sus dinosaurios reales
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A 22 años de su estreno se mantiene el consenso: los dinosaurios que vemos en Jurassic Park son dinosaurios reales. Recreaciones precisas que no dejan lugar a duda de que así debieron ser exactamente hace millones de años.
A la fecha observamos la película en Blu-Ray o en su reciente estreno en 3D y no hay espacio para el debate ni la incertidumbre; se le otorga a Spielberg el logro de haber concebido estas criaturas de carne y hueso.
Aunque en realidad fueron producto de una mezcla entre maquetas, animatronics y sutiles secuencias CGI.
Para cuando arribó The Lost World: Jurassic World un par de años después, los avances en materia de efectos digitales habían dado grandes saltos, y para la tercera parte las secuencias creadas desde una computadora se habían convertido en moneda corriente para cualquier película de verano, a la par que la sensación de realidad, verosimilitud, y tensión ante la percepción de peligro se fue diluyendo hasta convertirse en una experiencia casi aburrida.
Ahora, con dos décadas de avances ¿qué logró Jurassic World?
El Valle Inquietante tiene otro plano
El punto clave del logro de Spielberg con Jurassic Park creo que se encuentra en la teoría del Valle Inquietante, esa que consiste en que a medida que una máquina, robot o animación digital, se parece cada vez más y más a una entidad real, en algún momento se llega a un escenario en el que la apariencia del mismo provoca un incómodo e inexplicable malestar entre las personas reales con quienes interactúa.
La genialidad de Spielberg con su Parque Jurásico es que absolutamente nadie en el planeta ha conocido a un dinosaurio vivo, de modo que la verosimilitud con la que nos presenta a sus criaturas en la cinta logra concebirse como totalmente cierta, reforzando de paso nuestro “contrato de realidad”, al tomar la justificación del ADN de las ranas como la parte determinante para la clonación de los dinosaurios.
Spielberg logró superar el Valle Inquietante al elegir narrar una historia donde las entidades no tenían un punto de referencia en el mundo real actual, utilizando animatrónicos y representaciones físicas reales que interactuaran con los actores, a la vez que se respaldó en la trama de la obra de Michael Chrichton para crear este puente que lo disimulaba del terreno de la fantasía.
En qué “falló” Jurassic World
Entrando en territorio de spoilers. Desde que vimos el tráiler internacional quedaba poco espacio para la incertidumbre: Jurassic World es un blockbuster para el mercado y las tendencias actuales. La duda principal era qué tanto abogarían por rescatar la esencia de la primera cinta y hay mucho qué hablar al respecto.
Desde la primera secuencia el director Colin Trevorrow (Safety Not Guaranteed) nos deja en claro que no intentará seguir el camino de Spielberg, por el contrario, consciente del enorme reto decide tomar otro camino, inesperadamente efectivo, presentando los créditos como si se tratara de una película de Serie B saturada de referencias, con un dinosaurio CGI saliendo de su caparazón. Ahí nos remite más a The Cabin in the Woods que a Jurassic Park, cambiando su terreno de juego.
Y a partir de ahí no se detiene. Jurassic World es algo así como Carnosaur en esteroides, pero adaptada para matiné infantil en los puntos más gore. De algún modo con esta acrobacia logra sostenerse.
Con un equipo de 4 guionistas, entre ellos los encargados del reboot de Planet of the Apes, Jurassic World está plagada de secuencias de acción y persecuciones sin tomar un respiro. Por momentos pareciera producida por Michael Bay y dirigida por McG y lo que la salva de ser un bodrio es su capacidad de burlarse de sí misma.
No se molestan en explicar si se trata de una cuarta parte, un What if o un reboot de la serie. Los dinosaurios son CGI, sí, los animatrónicos (ya sin Stan Winston) son demasiado obvios, y renuncian a cualquier verosimilitud en ese terreno, los Velociraptors no tienen plumas, hay pterodáctilos con cabeza de T-Rex, como una versión alterada del Dimorphodon, así como una versión muy libre del Basilosaurus, una ballena prehistórica que aquí come tiburones, y se inventan a una nueva especie, el Indominus Rex, que parece un híbrido entre un raptor, Predator y el Godzilla de los 90.
Cada vez que sale a cuadro algo que parece escupir sobre el legado de Jurassic Park es sólo cuestión de tiempo para que la propia trama, su rumbo y dirección confirme que cada movimiento es intencional, como una crítica al deseo compulsivo por este tipo de películas de verano, donde el público exige más de todo. Más grande, más violento, con más dientes.
Entrar a ver Jurassic World con la intención de revivir el sentimiento de la cinta original puede ser una experiencia frustrante, esta película se mueve en otro terreno, uno menos complejo, más simple y también muy pero muy entretenido. Acertado en cada punto crítico y emotivo, sobre todo a partir de la segunda mitad.
A final de cuentas podemos redescubrir los dinosaurios en Jurassic World en un tono distinto de lo que vimos hace 22 años. No es mejor ni inferior, es suficientemente diferente.
¿Cuáles son sus impresiones? ¿la amaron o la odiaron?