Un acercamiento común a la “brecha digital” entendida como acceso a la tecnología es la distribución del ingreso en un país o en una región. Aunque el análisis de estadísticas sobre repartición de la riqueza se centra generalmente en aspectos como la desigualdad, algunas de sus observaciones pueden llevarse a la arena de las tecnologías de la información y comunicación.
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Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó su herramienta Compara tu Ingreso orientada principalmente a brindar nociones sobre la distribución del ingreso en sus países miembros. Uno de los atractivos de este sitio es conocer cuál sería la línea de bienestar para un hogar en un determinado país, es decir, cuánto ingreso mensual requiere para satisfacer sus necesidades.
Para esta colaboración se toma este indicador y se aplica a México para observar con estadísticas disponibles cómo se reflejarían algunos aspectos de la “brecha digital” en hogares por debajo de la línea de pobreza estimada por la OCDE. Se toma en cuenta que un hogar cuenta con un promedio de cuatro habitantes en el país, por lo que la línea de bienestar que arroja la herramienta es de $4.050 pesos MXN como ingreso mensual para un hogar, aproximadamente $261 dólares USD, de acuerdo con esta herramienta.
Esta marca se aplicó a la base de datos de las encuestas sobre Disponibilidad y uso de las Tecnologías de la Información (MODUTIH) y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del 2014, ejercicios que el INEGI levanta simultáneamente al ser la primera una extensión de la segunda. La compilación y cruce de estas bases de datos fue realizada por Telconomia y se obtuvieron los siguientes resultados.
Hogares, ingreso y tecnología
Al introducir en las estadísticas disponibles la línea de pobreza de los $4.050 pesos MXN se obtuvieron dos grupos: 15 millones de hogares sobre esta marca y 16,3 millones por debajo de ella. En términos proporcionales representan un 48 y 52 por ciento de los hogares en el país. Se tiene que el ingreso promedio del conjunto que supera la línea de bienestar es de $10.352 pesos MXN ($666 USD) y para los hogares por debajo de ella se promediaron $1.040 pesos MXN como ingreso mensual ($67 USD).
En cuanto a disponibilidad de acceso a Internet o a una computadora en el hogar, el grupo de menores ingresos está en menos de un 33% de penetración de estas tecnologías, mientras que el conjunto que supera la “línea de bienestar” está cerca de u 50%.
En otras palabras, la disponibilidad de ingreso en el hogar exhibe algunas variaciones en cuanto a tecnología disponible.
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Los encuestados que respondieron las preguntas sobre por qué el hogar carece de acceso a Internet o un ordenador mencionaron como la causa principal la falta de ingresos. En hogares “pobres” y “no pobres” fue la causa preponderante. No obstante, destaca que los hogares de menores ingresos justificaron que no conocen la utilidad de Internet o la computadora (o tienen desinterés), o bien, que no saben cómo darle uso. Esta observación se vuelve pertinente para los encargados de llevar a cabo políticas públicas sobre conectividad, pues se infiere que hay un problema de capacitación, no de ingreso.
Otro resultado a destacar es que la insuficiencia de equipos no es una razón preponderante en los hogares que no tienen acceso a Internet.
En América Latina se ha destacado a la banda ancha móvil como una alternativa para reducir la brecha digital. Si bien un acceso móvil no siempre puede sustituir a uno fijo, la disponibilidad de celulares puede ser un factor positivo para la conectividad, dependiendo de que exista cobertura. De acuerdo con datos de GSMA para el cuarto trimestre del 2014, en México la penetración del servicio móvil rondaba 83% en la población y alrededor del 50% de las conexiones son de banda ancha móvil.
Regresando al ejercicio de la línea de pobreza de la OCDE, se observa que en ambos grupos los hogares que carecen de telefonía de cualquier tipo son la minoría y los hogares que sólo cuentan con servicio celular son el conjunto más numeroso entre los hogares con servicio telefónico.
Finalmente, debe apreciarse que esta distribución varía dependiendo de la entidad federativa. Por ejemplo, si bien en la mayor parte de los estados de México la mayoría de los hogares conectados son aquellos que perciben más de $4.050 pesos MXN al mes, el Estado de México, el DF, Morelos y Querétaro muestran que 50% o más de los hogares que reportan tener conexión de Internet perciben menos de la “línea de bienestar” generada con la herramienta de la OCDE.
El análisis de la distribución del ingreso y su impacto en la disponibilidad de tecnologías es un enfoque que arroja elementos útiles para la industria, la academia y el sector público. Sin embargo, debe reconocerse que hay necesidad de observar las herramientas con las que ya se mide la pobreza para abordar de manera más armónica el tema.
En México el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) mantiene actualizadas líneas de bienestar mínimo divididas por tipo de localidad (urbana o rural) y basadas en el costo de la canasta básica. Si bien es atractivo brindar una panorámica nacional con un indicador como el consultado en la herramienta de la OCDE, el estudio de la brecha digital (o las diferentes brechas para la adopción de tecnologías) puede nutrirse de reconocer las asimetrías regionales que existen dentro de cada país.