Ciencia

Científicos crean la primer extremidad cultivada en laboratorio

A partir de células madre, un grupo de científicos y médicos, cultivaron con éxito en laboratorio la extremidad de una rata.

Uno de los grandes retos que tiene la medicina, es el de reponer órganos o miembros en seres humanos que los necesiten por enfermedad o accidente. Es un sueño que solo se ha hecho realidad en películas de ciencia ficción. Hoy, ese sueño está más cerca de convertirse en realidad.

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Gracias a CNET, nos enteramos del artículo publicado en el diario Biomaterials, acerca del cultivo en laboratorio de la extremidad de una rata, con todo y funciones vasculares y tejido muscular, en el Hospital General de Massachusetts.

Para lograr con éxito este complejo reto médico, los doctores cultivaron los músculos y las venas a partir de células madre. Pero las venas fueron transplantadas a partir de células del propio roedor. Justo esa fue una de las claves para el éxito del desarrollo de esta extremidad, ya que se utilizó el material genético del paciente -o sea de la rata- reduciendo el riesgo de rechazo de transplante y removiendo la necesidad de usar drogas inmunosupresoras.

La complejidad para crear toda una extremidad funcional demostró ser un reto, de acuerdo al autor del documento, el Médico Harald Ott, del Departamento de Cirugía y del Centro de Medicina Regenerativa del Hospital de Massachusetts:

“La naturaleza compuesta de nuestras extremidades, hace que la construcción de un reemplazo biológico funcional sea particularmente difícil. Las extremidades contienen músculos, hueso, cartílago, vasos sanguíneos, tendones, ligamentos y nervios– . Cada uno tiene que ser reconstruido y requiere una estructura de soporte específico llamado matriz. Hemos demostrado que podemos mantener la matriz de todos estos tejidos en sus relaciones naturales entre sí, que podemos cultivar toda la construcción durante períodos de tiempo prolongados, y repoblar el sistema vascular y la musculatura.”

Una de las ventajas de utilizar este método, en lugar de prótesis robóticas, es que el cerebro no tiene que entrenarse para controlar estos nuevos miembros, además de poder sentir superficies, presión y temperatura, etcétera.

Este logro todavía está lejos de aprobarse para uso humano, pero en esta primera fase de investigación puede marcarse como un éxito. Estamos ante lo que será el futuro de la medicina y, como dije al principio, un paso más cerca de convertir la ciencia ficción en realidad.

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