Una de las principales novedades de Windows 10 es el nuevo navegador Microsoft Edge como aplicación universal que funciona en diferentes plataformas. Aunque el Microsoft actual está considerando a otros sistemas operativos con sus productos y liberar productos a código abierto, no parecen tener planes similares para el navegador, según indica Neowin.
La ventaja de ofrecer el navegador de código abierto reside en que la comunidad de desarrolladores puede aportar nuevas características, solucionar errores de funcionamiento y hacer más que reportar vulnerabilidades, logrando que el trabajo de carga para los ingenieros de la compañía se reduzca. Sin embargo, por ahora esto no es relevante para Microsoft y prefiere seguir la misma línea de Internet Explorer.
En lugar de eso, como cualquier otro desarrollador de software, ha prestado la versión preliminar de Microsoft Edge en Windows 10 y se basa en las retroalimentaciones para mejorarlo. A diferencia de Internet Explorer, su desarrollo es más transparente, como lo ha demostrado al publicar el registro de cambios en su blog oficial.
La oportunidad de tener a Microsoft Edge en diferentes sistemas operativos se aleja cada vez más, como sucedía con su predecesor. La compañía pretende hacerlo aún más transparente, pero no significa que a corto plazo permitan que otros puedan aportar a su desarrollo.
¿Podría ser un retroceso para el nuevo navegador?