Los accionistas de América Móvil votarán este 17 de abril la escisión de casi 11 mil torres de Telcel como parte de la reestructuración de las operaciones de la compañía en México. En términos simples, este movimiento involucra el traspaso de estos elementos de infraestructura a una nueva empresa que operará de manera independiente, denominada como Telesites.
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A inicios del 2014, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ordenó a América Móvil compartir elementos de su red, entre ellos infraestructura pasiva como la que operará Telesites. Se anticipa que el regulador revise los términos de este movimiento, de manera que esta empresa de torres mantenga la obligación de compartir las instalaciones con el resto de los operadores del mercado.
La decisión de separar o traspasar torres no es una práctica atípica en el mercado latinoamericano de telecomunicaciones, y aunque parezca que América Móvil “reduce” su tamaño, la escisión no modifica su condición como agente económico preponderante.
Separar torres
En un contexto de mercados emergentes o en desarrollo como América Latina, los operadores tienen el reto de desplegar infraestructura o tener acceso a ella. Elementos como radiobases representan inversiones para las empresas y compartirlas puede representar ventajas para el que las pone a disposición del mercado y para los arrendadores. En otras palabras, un operador puede maximizar la utilidad de estos elementos de infraestructura al arrendarlos a sus competidores y estos a su vez tienen acceso a instalaciones sin necesidad de invertir el tiempo y el dinero en desplegarlas desde cero. Esto no implica que los competidores no inviertan en infraestructura básica, pues este esquema lo pueden aprovechar en una fase donde el despliegue no es viable en ciertas zonas.
En plazos más prolongados, el traspaso de la operación de las torres a firmas independientes puede ayudar a que los operadores ahorren los costos asociados con el mantenimiento, renovación y despliegue de estos sitios para obtener recursos, centrarse en otros servicios o focalizar sus inversiones en otros elementos de sus redes.
América Latina ha visto varios movimientos de traspaso o venta de unidades de torres en el último lustro en distintos países como Brasil, México, Chile, Colombia y Costa Rica. Estos movimientos no están limitados a la región y se observan por ejemplo en Australia con la compra de las torres de Vodafone por Crown Castle en el 2008 o por Macquire en la India en el 2010. La operación y administración de torres por firmas independientes está llenando una necesidad del propio mercado.
De acuerdo con el periódico El Financiero, en México hay cinco firmas que se dedican al arrendamiento de torres. De estas firmas, America Tower opera aproximadamente 8 mil 761 sitios en México por 745 de Mexico Tower Partners. Telesites tendría a su disposición 10 mil 800 torres de las 28 mil que América Móvil tiene en México, de acuerdo con su CEO, Daniel Hajj. La escisión de torres para crear Telesites no debe ser interpretada como un elemento que permita a América Móvil salir del régimen de preponderancia automáticamente, pues existen otras consideraciones regulatorias,
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Regulación en México
En términos de competencia, América Móvil no vende o traspasa elementos de su infraestructura pasiva a un competidor, sino que se crea una empresa nueva. Se anticipa que el IFT revise el movimiento y mantenga medidas para que Telesites mantenga la obligaciones de compartir su infraestructura con competidores como Iusacell (AT&T), Movistar y Nextel.
Uno de los principales inventivos de América Móvil para cumplir con la regulación asimétrica derivada de la declaratoria de preponderancia es obtener la autorización para cambiar su título de concesión para poder ofrecer servicios de televisión de paga, lo que reforzaría sus operaciones fijas en México.
El cumplimiento de obligaciones como las de compartir infraestructura, desagregación de la “última milla” de su red y condiciones de interconexión podrían ser complementadas con un plan para desincorporar o vender activos a otros competidores, de manera que la multinacional reduzca su participación en el sector de las telecomunicaciones en México. Es decir, aunque el cambio del título de concesión pueda conseguirse a través del cumplimiento de las reglas asimétrica, una desincorporación que se traduzca en menos participación en el sector se presenta como una alternativa. Desde luego, este plan estará sujeto a una revisión por el IFT.
En resumen, mientras que la escisión representa la creación de un nuevo competidor en el mercado de arrendamiento de torres, la posibilidad de un plan de venta de activos se mantiene abierta, pero tendría que involucrar una oferta transversal de activos de la empresa que reduzca no sólo la participación de América Móvil (que debe estar en cumplimiento de la regulación asimétrica), sino que genere condiciones de competencia efectiva.