Ciencia

¿Qué nos enseña la ciencia sobre las relaciones?

Esta reflexión no pretende ser un ensayo sobre estudios hechos alrededor del mundo a cientos de parejas “felices” cuyo objetivo sea deducir la fórmula para el amor verdadero. Esto es análisis empírico de cómo algunas relaciones interpersonales se asemejan a fenómenos físicos o conceptos matemáticos.

Intersecciones

En matemáticas, la teoría de conjuntos estudia las relaciones entre conjuntos (una colección de objetos), se dice que cualquier concepto o teoría matemática pueden ser explicados mediante los axiomas correctos y esta teoría; en este caso, podemos abstraer a una persona y representarla con un conjunto (A), un conjunto de sus gustos e intereses, por tanto la relación (sentimental) con otra persona ―y su representación como un conjunto B― se expresa como A ∩ B:

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Diagrama de Venn que ilustra la intersección de dos conjuntos. (cc) Wikimedia / Cepheus

Esto significa que lo que comparten A y B es lo que mantiene su relación: objetivos, pasatiempos, etc. Si la intersección es mayor, se tendría una relación más estable y próspera a largo plazo.

Longitud, dirección y sentido

En física, un vector es una magnitud que se define por estas tres características y que se puede representar en un plano X, Y como una línea recta con punta de flecha que indica su dirección.

Entre vectores como entre números se pueden realizar operaciones; en este caso nos interesa la suma entre dos vectores.

Consideremos un vector U como una persona, con componentes X = 10 (vida personal), Y = 79 (vida laboral), con una inclinación de 315° apuntando hacia un brillante carrera como director general de alguna compañía malvada, una segunda persona V con X = 94, Y = 3 con una inclinación de 60° apuntando a una vida de fiesta y baile sin fin, la suma de estos vectores-personas sería un vector resultante (su relación) que apunta hacia una dirección muy separada de la dirección inicial de nuestras personas muestra.

Suma entre 2 vectores U + V representada con un paralelogramo.

Lo ideal sería un vector lo más paralelo posible, que comparta nuestras metas y gustos en la vida, de modo que la relación resultante tenga una dirección que convenga a las dos personas. Tan ideal como una superficie plana con coeficiente de fricción igual a 0…

Vals astronómico

Al leer Por amor a la Física de Walter Lewyn descubrí algo llamado sistemas binarios, en el que dos objetos (estrellas, asteroides u agujeros negros) orbitan alrededor de un centro de masa común.

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Me interesaron dos tipos. En el primero, el centro de masa se encuentra a la misma distancia de los dos objetos, debido a esta “igualdad” dichos cuerpos pueden permanecer en un vals astronómico durante millones de años. Esto representaría una relación equitativa, en la que la vida de uno de sus miembros no gira en torno al otro, literalmente.

El segundo está compuesto por un agujero negro y un estrella. El agujero posee una enorme cantidad de materia en un espacio reducido lo que le otorga una fuerza de gravedad tan intensa que altera el espacio/tiempo. Como resultado, el centro de masa de nuestro sistema binario está más cercano al agujero, la estrella lo orbita y en lo que parece una muestra de egoísmo de magnitudes astronómicas consume su luz y materia. Si haz escuchado la frase “esta relación me consume”, éste es un ejemplo perfecto.

Como sabemos, la ciencia no es perfecta, y seguramente no podrá darnos la receta para una relación ideal hasta dentro de un par de siglos, o tal vez ya lo hizo.

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