Eddie Redmayne se llevó el Oscar a Mejor Actor por The Theory of Everything, y derrotó al favorito, Michael Keaton, quien dio la actuación de su vida en Birdman, pero no fue suficiente para superar a la interpretación de Redmayne quien encarnó al buen Stephen Hawking en los pasajes más relevantes de su vida.
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Dirigido por James Marsh, cineasta famoso por documentales como Man on Wire (2008) y Project Nim (2011), este drama es llevado a la pantalla partiendo de las memorias de Jane Wilde Hawking, primera esposa del genio, donde al final nos encontramos con una cinta muy apegada a la fórmula y la concepción de la autora original, pero que logra despegar y distinguirse por la consistencia de la actuación de Redmayne, que va retratando la dura evolución de la esclerosis lateral amiotrófica que padece Hawking con absoluta maestría.
Stephen Hawking es un rockstar, más allá de su aparición en series de dibujos animados, canciones y programas de TV, el legado de su obra y su influencia en la cultura popular contemporánea es irrebatible, y ocupa ahora un papel similar al que tenía el Che Guevara hace poco menos de una década, además es imitado por Madonna y aparece en toda una línea completa de ropa. En los Oscar 2015 encontramos un par de cintas basadas en la vida de genios y Hawking es el más llamativo.
The Theory of Everything parece pintada por números, que sigue la receta de las biopics que ama la Academia prácticamente al pie de la letra, pero las actuaciones Eddie Redmayne y Felicity Jones la salva del desastre, y logran un drama muy emotivo, con una secuencia final entrañable y que será recordado con cariño durante un par de años, antes de convertirse en el nuevo Shakespeare in Love.