Durante los últimos cientos de años la calidad de vida ha aumentado exponencialmente. Hoy, este aspecto en una persona de clase media es superior a la de muchos reyes de siglos anteriores. Tenemos antibióticos, comida y ya no somos tan vulnerables a los elementos. Esto trajo un aumento en la longevidad, y actualmente se espera que alcance las 9 décadas en países desarrollados.
Por su parte, Silicon Valley quiere dar el empuje para que nuestra vida se extienda hasta los 120 años. Para ello, se pretende tratar el envejecimiento como algo por combatir. Así pues, se lanzó el “Palo Alto Longevity Prize” que otorgará un premio de USD $1 millón al grupo de investigación que aumente 50% la esperanza de vida de un grupo de ratas.
Actualmente, la competición ya cuenta con 15 equipos y los enfoques para resolver el problema varían. Algunos consideran que la solución está en un tipo de droga para retardar el envejecimiento; otros piensan que la respuesta es genética. Hay que destacar que el consenso científico es que esta última es sólo 20 o 30% de los factores que influyen en la longevidad y que no se puede controlar; lo demás es comportamiento y factores ambientales.
Aunque más de uno predice que nuestra generación podría ver los frutos de todo este tipo de investigaciones, la realidad es que es complicado. Este tipo de avances se podrían traducir en mejoras a la calidad de vida, que no implican siempre un aumento en la esperanza de vida. Pero nada perdemos en intentarlo; quién sabe, en una de ésas hasta logramos vivir por siempre como avatares en un mundo virtual y dejar atrás la carne.