El reciente arresto de un joven de 17 años está causando polémica en Nueva York, Estados Unidos, porque las autoridades interpretaron una bravuconada escrita con emojis como «una amenaza terrorista».
Osiris Aristy, el acusado, publicó el 15 de enero pasado una foto con un revólver cargado, y escribió una serie de bravuconadas en tres publicaciones que posteriormente fueron eliminadas; éstas incluían los emoticones de la imagen superior. A los tres días, el Departamento de Policía de Nueva York arrestó a Aristy en su hogar acusándolo de amenazas terroristas, lo que podía significar hasta siete años de cárcel.
Lo curioso es que el joven nunca intimidó con palabras a la policía. Las supuestas advertencias son la interpretación de los emojis, como si poner el emoji de un policía seguido de tres emojis de un arma de fuego significara una auténtica amenaza de que el joven estaba dispuesto a ir a matar a policías.
La razón de la detención se debe a que dentro de todas las leyes que se aprobaron en Nueva York tras el ataque a las Torres Gemelas, una redefine «amenaza terrorista» de una manera radicalmente amplia: cualquier declaración que busque intimidar a civiles o el gobierno mediante una amenaza para cometer un delito específico puede ser perseguido como terrorista, sin importar siquiera si quién hace la amenaza está verdaderamente dispuesto a llevarla a cabo, o incluso si es incapaz de cometerla.
Sin embargo, de todas maneras el fiscal del distrito debe ser capaz de demostrar que el mensaje constituía una amenaza, y no una broma o bravuconada, por lo que se piensa que el joven podría ser puesto en libertad. Lo que da temor es que si bien podría no ser procesado judicialmente, de todas maneras quedó estipulado que escribir emojis de un policía seguidos de un arma de fuego basta para que las autoridades te arresten.