Joseph Edwards, un joven de 17 años de la ciudad de Windsor en Berkshire, Inglaterra, se suicidó después de recibir ransomware en su computador. El malware que apareció en su pantalla lo acusaba de haber navegado en páginas web ilegales, por lo que debía pagar la cantidad de GBP £100 o en caso contrario la policía iba a empezar una investigación en su contra.
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Edwards padecía autismo. Según las autoridades y la misma madre del joven, la enfermedad pudo haber ayudado a que Joseph no distinguiera que ese malware se trataba de algo inventado y por eso entró en pánico al ver que tendría que lidiar con la situación.
Uno de los tantos ejemplos de ransomware que aparecen en la web.
Jacqueline Edwards, madre de Joseph, lo encontró colgado en su domicilio horas después de que recibiera el ransomware:
Él estaba contento por lo general y justamente había empezado a tener nuevos círculos de amigos. Él parecía no tener ningún tipo de preocupaciones […] Sufría de autismo. No estoy segura de que él entendiera las implicaciones de sus actos.
Las autoridades locales instaron a los medios que cubrieron el caso a darle seguimiento a este tipo de malware para crear conciencia y evitar casos como el sucedido con Joseph.