No es secreto que la NASA tiene planes a largo plazo de poner humanos en cuerpos celestiales que están más allá de la Luna. Sin embargo, hasta el momento, no sabemos a ciencia cierta cuáles son los efectos que causaría en el hombre un viaje espacial prolongado. Para saberlo, a partir de marzo comenzará la llamada “misión de un año” en la Estación Espacial Internacional.
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El programa se divide en seis áreas principales de investigación: el área funcional, la de conducta; los impedimentos visuales; la metabólica; el área de rendimiento físico; la microbiana; y el factor humano. Así se planea entender cómo un astronauta se adapta al espacio, los cambios por los que pasan sus microbios, su presión intracraneal, sus habilidades motoras finas y, finalmente, cómo se readapta a la vida en gravedad. Cabe agregar que generalmente y debido a su prolongación, este tipo de experimentos no sobrepasan los seis meses de duración.
NASA
El astronauta elegido para este programa es el estadounidense Scott Kelly, quien pasará un año en la ISS. Pero eso no es todo: Kelly tiene un hermano gemelo, Mark Kelly, también astronauta, quien fungirá como control para el estudio desde la Tierra. Entonces, la NASA estudiará a ambos para comparar las diferencias entre un hombre que ha pasado tanto tiempo en el espacio y uno que vive en la superficie terrestre.
Mark Kelly ha participado en cuatro misiones del transbordador espacial y fue el comandante de la última misión del Endeavour, que a su vez fue la penúltima de todos los transbordadores en 2011. Por su lado, Scott Kelly es un capitán retirado de la marina y ha estado más de 180 días en el espacio desde 1999.
Cabe señalar que hay un tercer miembro del experimento: Mikhail Kornienko, un cosmonauta de Kuibyshev, en Rusia, que ha estado más de 176 días en el espacio, también es un militar retirado y tiene profundos lazos con la industria aeroespacial.
