Escocia es famoso debido a un reptil gigante al que todo mundo jura haber visto, pero del cual nadie ha encontrado evidencia concreta: Nessie. Se trata de un críptido que habita el Lago Ness cuya forma física sería similar a la de un plesiosaurio y que de alguna manera habría sobrevivido a los eventos de la extinción K-T, es decir, un mito sin fundamento científico. Aunque ahora, la Universidad de Edimburgo anunció el descubrimiento de un nuevo tipo de ictosaurio, el primero de este género de animales en el país.
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Los ictosaurios son un grupo de reptiles marinos; su nombre se traduce del griego como “lagartos peces”, y vivieron a finales del Triásico y principios del Cretácico, hace unos 245 millones de años. Fueron depredadores apex durante su existencia, hasta que fueron reemplazados en la cadena alimenticia por los plesiosaurios, especie a la que supuestamente pertenece Nessie.
Entonces, sí, se encontró al abuelo de Nessie, asumiendo que los nietos sacan a los abuelos de la cadena alimenticia y los extinguen.
El equipo que hizo el descubrimiento se hace llamar PalAlba y trabajó analizando una serie de fósiles que fueron donados por Brian Shawcross después de que éste los descubriera en 1959 y, seguramente, no tuvo idea de qué hacer con ellos. El nombre elegido para la especie honra a su descubridor y a la región donde fue encontrada: no pertenece al latín, sino al gaélico escocés, y es Dearcmhara shawcrossi. El primer término se pronuncia “jark vara”, en tanto que el segundo se trata del homenaje a Shawcross.
Los restos serán expuestos en una serie de museos alrededor de Escocia a partir del 18 de enero y, hasta el momento, no hay una reconstrucción de su apariencia en vida.