Hoy, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció el interés por parte del gobierno de formar el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en el marco de la Comisión Presidencial para el Desarrollo de la Ciencia en Chile. La mandataria habría expresado que para mejorar las bases en esta área, se necesita “un piso del más alto nivel, como lo es una secretaría de Estado”, señala Radio Bío Bío.
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Dicho grupo es liderado por el presidente del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), Gonzalo Rivas, y cuenta con 6 meses para efectuar las evaluaciones correspondientes con el fin de armar la nueva cartera de gobierno.
Dentro del informe se deberán especificar dos grandes puntos. El primero es establecer los temas en los que el país debe invertir para solucionar problemáticas de interés nacional, tales como el agua y energía, entre otros tópicos. El segundo es la creación de un marco regulador para la investigación en universidades e implementación de material educativo en los niveles básico y medio del país.
En FayerWayer (y en Betazeta, en general) nos alegra mucho la noticia y es casi un regalo de aniversario. Nuestro fundador, Leo Prieto, ha expresado en reiteradas ocasiones la necesidad de que un Ministerio de Tecnología tome forma en Chile, no sólo porque es necesario, dada la carrera tecnológica de la cual te informamos en los medios del holding día a día, sino también porque por fin esto nos dejaría en un nivel de desarrollo mucho más estable y cualitativo que el meramente económico.
Con el anuncio de Bachelet se nos acaba de abrir un mundo de posibilidades que estábamos esperando desde hace mucho tiempo ―y tal vez demasiado―. Estamos dando los primeros pasos para lograr un país mejor.
Reforzando los contenidos científicos, tanto en los medios de comunicación como en los colegios y universidades, se puede lograr un mayor interés en las personas por estos temas, acercándolos a la gente y aterrizándolos de una buena vez. Esta es la razón principal por la cual la gente no siente la ciencia como algo cercano, sino más bien como una mera anécdota pasajera.
Con un Ministerio de Ciencia y Tecnología podemos potenciar la investigación y la creación de fondos estables para estos fines en Chile, no teniendo así que recurrir a procesos engorrosos en los que cuesta demasiado acceder al dinero que administra la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) ―que por lo demás están muy controlados, lo que es queja recurrente dentro de la gente de este ámbito― para dar soluciones a problemáticas que nos afectan a todos, como las enfermedades, un desarrollo real de la industria tecnológica local y un largo etcétera de posibilidades que se abren con esta nueva iniciativa.
Recibimos con buenos ojos la idea y esperamos que la comisión presidencial para el desarrollo de la ciencia en el país, liderada por Gonzalo Rivas, haga un trabajo notable al respecto. El trabajo que llevamos esperando más de 10 años por estos lados.