¿Crees que tu cerebro es una máquina precisa que siempre te dice la verdad? Mira las dos “X” que aparecen en la imagen que hay debajo de estas líneas. ¿De qué color dirías que son?
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© Josef Albers Interaction of Color
Aunque no lo parezca, ambas “X” son del mismo color. Es el color de fondo el que hace que nuestro cerebro las interprete de tonalidades diferentes.
En 2013, científicos del hospital Brigham de Boston llevaron a cabo un experimento para probar los poderes de atención de los radiólogos. Los investigadores les mostraron cientos de placas de pulmones humanos y les pidieron buscar nódulos blancos y brillantes (cáncer). A continuación, tienes una de las placas. ¿Puedes encontrar el nódulo cancerígeno?
© Trafton Drew and Jeremy Wolfe/Brigham and Women’s Hospital
¿Viste el gorila? Si la respuesta es no, no te sientas mal. Según los resultados, publicados en la revista Psychological Science, sólo cuatro de cada 24 radiólogos se dieron cuenta de que en la esquina superior derecha hay un pequeño gorila bailando.
Este experimento es una prueba del fenómeno conocido como “ceguera por inatención” que se demostró en 1999. Evidencia que no podemos dedicarle atención suficiente a dos fenómenos visuales (el tumor y el gorila) a la vez, por lo que nuestro cerebro “bloquea” o deja de prestar atención a ciertas cosas.
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La realidad que percibimos es una edición del entorno
Los humanos somos máquinas vivas que recabamos ingentes cantidades de datos de la realidad que nos rodea por medio de nuestros sentidos y los procesamos a velocidades increíbles. Este proceso requiere, en parte, desechar información. Si no, nos volveríamos locos.
Este año, un estudio llevado a cabo por los investigadores David Whitney, de la Universidad de California en Berkeley, y Jason Fischer, del Instituto Tecnológico de Massachusetts demostraron que nuestro cerebro cuenta con una especie de filtro que nos protege contra la locura y la alucinación que nos ocasionaría registrar cada uno de los cientos o miles de estímulos sensoriales que coexisten en un sólo fragmento de realidad. Este filtro se trata de un retraso de entre 10 y 15 segundos entre la recepción de los estímulos visuales del mundo (colores, formas, matices, diferencias de perspectiva, etc.) y la comprensión de los mismos.
Esto quiere decir que lo que estás viendo en este momento no es una imagen instantánea de la realidad, sino un promedio de lo que has visto en los últimos 10 a 15 segundos. Nuestro cerebro sacrifica la precisión a favor de la continuidad y la estabilidad y por esto nuestros sentidos a veces nos juega malas pasadas y nos hacen ver cosas que en realidad no existen.
Un forma de entender el cerebro humano
Las ilusiones ópticas son mucho más que una mera diversión. En 1991, un estudio descubrió que los bebés recién nacidos prefieren observar la forma de la izquierda en vez de la forma de la derecha:
© Sinha et al., Proceedings of the IEEE, 2006
Los bebés recién nacidos no asocian los cuadros negros con una calavera o el rostro de la muerte, sino con un rostro cualquiera. Un estudio similar se llevó a cabo en 2006 con monos. Sirvió para identificar una pequeña región en el lóbulo temporal del cerebro donde las neuronas se activan intensamente al ver fotos de caras, pero también (aunque de forma menos poderosa) al ver objetos que se parecen a caras y rostros, como relojes o frutas redondas.
Jugar a engañar al cerebro sirve para entender mejor el funcionamiento de nuestra mente. El científico Beau Lotto del University College London es un especialista en esta materia.
Beau Lotto es el fundador de Lottolab, un espacio híbrido entre estudio de arte y laboratorio científico. En esta charla TED puedes ver cómo Beau usa juegos de colores para confundir nuestra visión, manipular nuestra percepción y mostrarnos nuevos datos de cómo funciona nuestro cerebro.
No podemos confiar completamente en nuestra razón ni en nuestros sentidos. Paradójicamente, son las herramientas que tenemos para vérnoslas con el mundo. Puede que nos engañe algunas veces, pero gracias a ello la vida resulta más divertida y nos permite innovar y progresar. Al fin y al cabo, la base de la creación es ver cosas donde no las hay.