Internet está invadido de gatos. Son los protagonistas de miles de fotos, memes, chistes y videos que se publican en Instagram, en Facebook, en YouTube etc. El humor gatuno es, sin duda, la moda 2.0. Prueba de ello es que existe una industria de libros, merchandising de todo tipo, un reality show de gatos y estrellas gatunas como Grumpy Cat, Lil Bub, Keyboard Cat y el Gato Químico.
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Pero, además de convertirse en un fenómeno en Internet, los gatos han contribuido al avance del conocimiento científico. Éstos son los 9 gatos más famosos de la ciencia:
El clon
En 2011, en la Universidad de Texas A&M, nació CC (del inglés “Carbon Copy”), el primer gato clonado. CC fue creado, tras 87 intentos fallidos, mediante la transferencia del núcleo de una célula de Rainbow, una gata de una especie caracterizada por tener el pelo de tres colores, en un óvulo sin núcleo. El embrión resultante fue implantado a una madre de alquiler, Allie. Estudios genéticos demostraron que CC es genéticamente idéntica a Rainbow, pero ambos gatos no se parecen en nada, ni siquiera en el color del pelaje. Esto es, en parte, porque el color del pelo de un gato depende de cambios epigenéticos, cambios que suceden en el “envoltorio” alrededor de ADN, durante la gestación.
El gato CC con su dueña con dos años de edad. Qz10 / CC BY-SA 3.0
El biónico
En 2010, Oscar se convirtió en el primer gato con prótesis. El animal había perdido las patas traseras desde el tobillo por un accidente con una segadora. En su lugar, los veterinarios le colocaron dos patitas de titanio insertadas en otra pieza que, a su vez, estaba insertada en el hueso. Además, las prótesis fueron tratadas con hidroxiapatita, que es una sustancia que estimula el crecimiento del hueso y la piel sobre el implante. Imita la forma en la que crece el hueso de los cuernos de los ciervos. Así crearon un sellado elástico y natural en la zona de inserción del implante que impedía que entrasen bacterias que podían infectar la zona.
El fluorescente
En 2011, investigadores de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, crearon unos felinos genéticamente modificados que emiten un resplandor verde y tienen proteínas de mono que combaten el virus que causa el SIDA felino. Los animales recibieron un gen que impide el desarrollo de la enfermedad en los monos Rhesus y, para comprobar que se había introducido bien en las células del animal y seguir su evolución, los científicos le insertaron otro gen de medusa que hace que los gatos brillen con un espectacular color verde.
El objetivo de los científicos era exponer a estos animales al virus de la inmunodeficiencia felina par averiguar si eran realmente resistentes e investigar nuevas terapias contra el VIH.
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© Mayo Clinic
El antártico
Un gato atigrado llamado Mrs. Chippy acompañó a Ernest Shackleton en su viaje a la Antártida a bordo del barco Endurance. El gato ayudó a mantener las infestaciones de roedores bajo control. Lamentablemente, cuando el barco quedó atrapado en el hielo y ante la escasez de víveres, Shackleton decidió que Mrs. Chippy y cinco de los perros más débiles debían ser sacrificados. El recuerdo de Mrs. Chippy sigue vivo en forma de una escultura de bronce de tamaño natural situada sobre la tumba de su dueño.
Chippy y su amo Ernest Shackleton.
El ingrávido
¿Los gatos siempre caen de pie? Para comprobarlo, en 1947, científicos de los Laboratorios Médicos de Investigación Aeroespacial de los Estados Unidos, subieron a unos gatitos a bordo de un avión de transporte militar Convair C-131 Samaritan para observar cómo reaccionaban cuando la aeronave entraba en caída libre y experimentaban, por unos instantes, la sensación de ingravidez. Puedes ver el video del experimento a continuación. Como os podréis imaginar, los pobres gatos acabaron un poco desorientados.
El actor
En 1894, poco después de que Louis Le Prince filmase la primera película de la historia, se filmó el primer video de un gato. Bueno, de dos gatos combatiendo entre sí.
El astronauta
En 1963, Félicette se convirtió en el primer gato en el espacio. Fue lanzada dentro de una cápsula especial en el cohete Veronique AG1 francesa, con una serie de electrodos implantados en su cerebro que grabaron su actividad neuronal. Tras viajar 100 millas hacia arriba, la cápsula se separó del cohete y se lanzó en paracaídas de regreso a la Tierra. Félicette sobrevivió al descenso, pero fue sacrificada a los pocos meses para que los científicos pudiesen examinar el implante en el cerebro. Félicette se hizo famosa y fue la protagonista de una colección de sellos.
© CNES
El eléctrico
El mejor amigo de Nikola Tesla, uno de los científicos más célebres y, para muchos, el mayor inventor del siglo pasado, fue Macak, su gato. En una carta escrita durante su juventud, Tesla explicaba cómo el gato había sido una fuente de inspiración para él. Puede que sin Macak, Tesla nunca hubiese inventado la corriente alterna que suministra energía a tu ordenador, tableta o teléfono móvil en este momento.
Melissa Wang / CC BY SA 2.0
El cuántico
Si hay un gato famoso en la ciencia, es el gato de Schrödinger. Para intentar explicar cómo funciona la mecánica cuántica de forma sencilla y comprensible, Erwin Schrödinger diseñó un experimento mental en el que el protagonista es un gato. El animal está encerrado en una caja de acero en el que hay una vasija cerrada con cianuro de hidrógeno (un gas venenoso), amenazada por un martillo acoplado a un contador Geiger. Además, hay una fuente de átomos radiactivos, de manera que si se produce la desintegración radiactiva de algún átomo, el contador Geiger disparará el martillo, que romperá la vasija y, por consiguiente, el gato morirá. Como el observador no tiene manera de saber si el gato ha sido envenenado, el animal puede estar vivo y muerto a la vez.