Internet ha cambiado la manera de consumir el video y de pensar en que para ver una película o una serie no hace falta sentarnos frente al televisor. Pero, ¿qué tanto cambia nuestros hábitos frente a la pantalla, sea esta de un televisor o una tableta?
Entre las potenciales “víctimas” de Internet es común identificar a la televisión y a sistemas de home video, pues las plataformas de Video Bajo Demanda (VOD por sus siglas en inglés) y de contenidos Over-The-Top (OTT) se han convertido en alternativas para mirar contenidos desde una mayor diversidad de dispositivos y pantallas.
Este cambio debe ser interpretado como algo más que una sustitución de viejas tecnologías. Las nuevas pantallas como los teléfonos celulares, tabletas y computadores portátiles abren la posibilidad a un cambio en el comportamiento de la audiencia. Por ejemplo, si en días lluviosos o en temporada de frío se acostumbraba quedarse en casa a ver DVD o la televisión, ¿cómo cambian o mantienen estos comportamientos las nuevas plataformas de contenidos y los dispositivos actuales?
Video en línea es más que Hulu, Vudu o YouTube
Para evaluar el impacto del video por Internet hay que partir de que este concepto es más amplio que plataformas como Hulu, Netflix o Vudu, puesto que los contenidos audiovisuales no sólo abarcan entretenimiento, ya que también son útiles para los negocios, y las organizaciones no gubernamentales. Además, estas empresas quizás son las que se conocen más ampliamente, pero no son las únicas que pueden conducir un análisis del video en Internet.
En esta colaboración se aprovecha un reporte de una de estas compañías que están detrás del telón y que arroja observaciones interesantes sobre cómo consumimos video en línea: Ooyala.
Esta firma comenzó como un startup en Silicon Valley, California, y se dedica actualmente a ofrecer una plataforma de servicios que permite a sitios de Internet y aplicaciones desplegar video, gestionarlo y conseguir que sus clientes lo “moneticen”. En agosto de este año, la empresa de telecomunicaciones australiana Telstra anunció que adquirirá el 98% de esta firma e invertirá aproximadamente 270 millones de dólares.
Lo atractivo de Ooyala en términos de análisis es que tiene una variedad de clientes (ESPN, Univisón, el Arsenal, entre otros) que ofrece una perspectiva más allá de un OTT, por ejemplo, y reconoce otras tendencias en la industria como TV Everywhere que está desplegando por ejemplo Dish en Estados Unidos y México, o portales web con un uso más intensivo de contenidos en video, como Vice hace con sus documentales.
En un interesante ejercicio, el Índice Global de Video reportado por Ooyala cada trimestre muestra algunas tendencias generales de consumo por tipo de dispositivo, duración de videos consumidos, y comparativas de video bajo demanda y en vivo, entre otras. La información usada para construir el reporte se toma de 239 países y la empresa advierte que este índice no representa los patrones de video en Internet en su conjunto, pero que la variedad de clientes da una visión representativa de la situación general del video en línea.
Pero entonces, qué es lo que sucede entre nuevas plataformas y elementos que no podemos cambiar, como el clima, y, más importante, ¿cómo se refleja esto en los hábitos de consumo?
Netflix para días lluviosos…
En su reporte del segundo trimestre del 2014, Ooyala comparó dos semanas de Boston, Massachusetts: una de ellas fría y lluviosa (ideal para quedarse viendo películas), y una cálida y soleada en junio. El hallazgo parece contraintuitivo: hubo más reproducciones de videos online en días soleados que en fríos y lluviosos, pero en estos últimos los consumidores optaron por videos más largos.
De acuerdo con las cifras de Ooyala, esto puede explicarse porque en días cálidos aumentaron las reproducciones en todos los dispositivos, en especial los que se pueden llevar en exteriores, lo que habría sido factor para inhibir el uso de dispositivos como el teléfono celular. Con respecto a la semana lluviosa, las reproducciones en computadoras personales aumentaron en un 4%, las de teléfonos celulares 23% y 10% para las tabletas con respecto a abril.
Sin embargo, lo que sí aumentó durante la semana de clima “inclemente” en abril fue que el tiempo de duración de los videos fue más largo. Así, en computadoras personales, los periodos de reproducción fueron superiores en un 40% para las PC, 5% en tabletas y en los móviles hubo una reducción del 3%.
Fuente: Ooyala, 2014.
Fuente: Fuente: Ooyala, 2014.
Fuente: Ooyala 2014
Fuente: Ooyala 2014
Ooyala concluye en este reporte que, desde luego, hay más factores que determinan los hábitos de consumo, pero este ejercicio es útil para contemplar cómo el video por Internet no es un simple traslado de hábitos televisivos a un nuevo formato.
Lecciones para tu negocio
Aunque de este ejercicio se puede objetar la muestra elegida, las variables y el procedimiento, da razones para que la industria y en general los negocios interesados en integrar elementos audiovisuales presten atención, puesto que indica que las conductas del consumidor de video en línea no representan una réplica simple de las conductas para la televisión o el home video.
Por ejemplo, según Ooyala, la televisión tiene en mayo (segundo trimstre) el mes de más audiencia, por lo que la estrategia para el resto del año contempla repeticiones ya que en verano la audiencia pasa menos tiempo en casa. Para la televisión, las estaciones del año importan, mientras que para el video en línea aparentemente cambia la lógica.
Las tendencias del video como tráfico de Internet deben provocar que los negocios hoy en día “paren antenas”: hemos pasado de ver al video online como una “moda” o como una posibilidad a una realidad. La televisión está dejando de ser el centro mediáticamente hablando, pero el video se está posicionando muy cerca de él a través de estrategias para mejorar la experiencia del usuario como el control de qué ver y cuándo hacerlo, formatos multipantalla, entre otros.
Las predicciones en la industria indican que el video en línea será una parte importante del tráfico en Internet en el mediano plazo, por ejemplo:
- El usuario está adoptando dispositivos más “portables” y con mejores pantallas para mejorar la experiencia del cliente.
- Según Cisco, para el 2018 el 69% del tráfico por Internet sería video.
- La estrategia del TV Everywhere está enfocada a dispositivos móviles principalmente.
- Disponibilidad de redes móviles más robustas para soportar video.
- Preferencia de nuevas generaciones por OTT y VOD, más que por la televisión tradicional.
Ooyala sostiene con sus propias cifras que el video en el móvil va en crecimiento: de todas las reproducciones de video en línea, en el primer trimestre sólo representaban el 11%, mientras que en el segundo trimestre se observó que eran el 25% del total. En el segundo trimestre del 2012 esta proporción era sólo del 5%.
El tamaño importa
Aunque en este espacio se aprovechó para destacar elementos ajenos a la tecnología, lo cierto es que otro elemento estratégico para las empresas es el tamaño de la pantalla de los dispositivos.
En las cifras de Ooyala se encuentra, por ejemplo, que el tamaño (de la pantalla, no sean mal pensados) importa: los videos de más de 10 minutos, por ejemplo, favorecen reproducciones en dispositivos como televisores conectados y tabletas. Así, en este segundo trimestre se observó que los videos de más de 10 minutos de duración eran el 81% de las TV “conectadas” y un 70% de las tabletas. Los móviles, en cambio, son usados para videos de 6 minutos o menos de duración, que representan el 45% de sus reproducciones.
En otro indicador de la firma, el 64% de las TV conectadas eran videos de 60 minutos o más, mientras que en las tabletas el 23%, casi un cuarto del total, eran para 30 a 60 minutos, y en este segmento de duración tienen la mayor cantidad que el resto de los dispositivos.
Fuente: Ooyala 2014
Fuente: Ooyala 2014
En suma, observar indicadores de video en Internet de firmas que no son OTT como Netflix ayuda a observar tendencias útiles no sólo para el sector de medios o de tecnologías de la comunicación y la información y puede ayudar a otros negocios, medios y organizaciones que observan en el video por Internet una tendencia. No se debe adoptar el video sólo “por moda” sin antes tener elementos para entender que es una herramienta útil que puede ayudar a explicar de mejor manera qué se ofrece, qué se hace y cómo se lleva a cabo.