El sitio web dedicado a la criptomoneda Bitcoin The Coinsman realizó un reportaje que muestra el funcionamiento de una operación de minado de bitcoins en el noreste de China, en una zona agraria y con antiguas fábricas que demostraría la viabilidad de este tipo de operaciones hasta en ubicaciones supuestamente remotas y poco favorables al interior profundo de un país en una zona dedicada a la agricultura:
Según el reporte, lo primero que uno nota cuando se acerca a una operación de minado de bitcoins es el ruido. Un incesante zumbido que crece a medida que uno se acerca al edificio donde funciona el minado de bitcoins.
El ruido se debería a la ventilación necesaria para que funcione una combinación de 2.500 pequeños procesadores ASIC dedicados a minar constantemente la criptomoneda (cada una de ellas realiza 230 mil millones de cálculos por segundo, o 230 Gh/s).
Si bien son grandes ventiladores industriales que generan corrientes de viento que nunca se detienen al interior de la bodega, aún así la temperatura ambiente es de 40 °C.
Lo otro que llamó profundamente la atención correspondió que a medida que el hardware queda obsoleto y ya no es rentable, las viejas máquinas comienzan a acumularse cada vez más y más al interior de la bodega. Tanto así que posteriormente los computadores comienzan a ser utilizados para cosas tan simples como mantener abiertas las puertas del lugar.
Lo bueno es que todas esas máquinas obsoletas Avalon aún así son aprovechadas. Dado que sus procesadores ya no son rentables para el minado de bitcoins, sus fuentes de poder aún pueden ser removidas y reutilizadas.
Según los trabajadores del lugar, tres empleados cuyo trabajo es monitorear la maquinaria para verificar que estén funcionando correctamente, la cuenta de la electricidad de la operación alcanza mensualmente por lo bajo unos ¥400.000, equivalentes a USD$60.000.
Los tres empleados de la granja de bitcoins viven en la bodega porque trabajan en tres turnos durante las 24 horas del día (con unos 4 o 5 días libres al mes), realizando chequeos de rutina cada una hora, y cuando no están ocupados revisando las máquinas o acomodando los cables, se dedican a ver películas o jugar en la ‘oficina’ del lugar: