El malware llegó para quedarse y aunque las noticias de nuevos virus quedaron relegadas a los noventa (¿Se acuerdan del Michelangelo?), las estadísticas de qué países son los más activos en ciberataques sigue siendo interesante. Hoy la estadística viene de Kaspersky quien asegura que Brasil es el país más peligroso de América Latina en cuanto a amenazas en línea, seguido de México y Perú.
Kaspersky comentó que los brasileños se vieron afectados por 10.9 millones de ataques que afectaron a casi el 30% de los usuarios. Al parecer la Copa Mundial de la FIFA fue el factor principal para intentar defraudar a los usuarios por medio de troyanos bancarios. Durante el segundo trimestre del año fueron contabilizados un total de 87.500 intentos para ejecutar malware financiero en ese país.
Boletos falsos ofrecidos por medio de sitios de phishing o la promesa de obtener entradas luego de descargar un software cargado de maldad sorprendieron a los incautos. La compañía de seguridad asegura que se detectó un aumento en ataques de phishing a usuarios de lengua portuguesa. Otro detalle es que Brasil encabeza la lista de países latinoamericanos que alojan sitios maliciosos con un total de 1.8 millones de hosts.
México no se quedó atrás ya que según Kaspersky, se contabilizaron casi 30 millones detecciones de malware, un cuarto de ellas provenientes de la web. Colombia y Perú siguen en la lista, aunque no llegan a los niveles de México y Brasil y se mantienen por debajo de los 10 millones de detecciones. Chile, Argentina, Venezuela y el resto de países parecen ser los más seguros con menos de cinco millones.
En el caso de dispositivos móviles Android sigue siendo el causante, aunque aquí hay que tomarse las cosas con calma ya que en infinidad de ocasiones hemos leído reportes elaborados por firmas de seguridad y supuestos analistas que intentan desatar el apocalipsis móvil. Si, Android es vulnerable pero gran parte de los problemas viene de descargarse apk de lugares ajenos a la Play Store.
Kaspersky también tocó el tema de redes sociales y hacktivismo, el cual se ha incrementado en los últimos tres años con el secuestro de cuentas oficiales de Twitter y Facebook, así como ataques APT, botnes y DDoS.
