Un tipo cualquiera fue a una iglesia de Suiza y no halló nada mejor que hacer que cantar la melodía de Halo. Esto no tendría nada especial, excepto que gracias a la acústica del recinto, la reproducción es un fiel reflejo de la melodía original. Quien haya jugado Halo: Combat Evolved sabrá darle valor.
Claramente, el amigo (un tal “Max”) sabe cantar. O al menos, seguir una melodía. Hubiera sido genial si su acompañante no hubiera arruinado la canción con esa imitación barata del resto de la orquestación, pero que hacerle. Son jóvenes, varones y caucásicos.
La melodía de Marty O’Donnell es una de las más reconocidas dentro de la cultura “moderna” de videojuegos. Ahora que está desempleado, bien podría volver a 343…
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