Vivaldi, la primera tableta libre en términos de hardware y software, ha fracasado. Un correo de parte de sus creadores, liderados por el programador canadiense avecindado en Suiza, Aaron J. Seigo, confirmó la noticia. Quienes pre ordenaron la tablet basada en KDE Plasma Active tendrán su dinero de regreso.
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En plena fiebre tablet, este proyecto impulsó desde 2012 la creación de un dispositivo libre con sistema operativo basado en Linux y funcionando con KDE, fuera de la actual oferta que es iOS, Android, o Windows. El problema parece basarse en obstáculos sin resolución al interior del equipo de desarrollo, relacionados con una falta de unidades pre solicitadas suficientes para poder ordenar la manufactura de la tarjeta principal EOMA68. Nada menos que el corazón de la malograda tableta.
“La comunidad del software libre no parece preparada en este momento para hacer un soporte concertado sobre la apremiante cuestión de la libertad del hardware”, reza la comunicación escrita por Carl Symons, en representación de Aaron Siego que fue enviado a los financiadores de Vivaldi.
Esta tableta -inicialmente nombrada como Spark- tendría una pantalla multi-touch capacitiva de 7 pulgadas (800×480) y un procesador ARM Cortex A9 a 1 GHz. Desde 2012, Siego reportó en su blog que la empresa proveedora del primer equipamiento no había liberado todo el código fuente de sus dispositivos para poder ensamblar la Vivaldi. En algunos foros especializados desde finales del año pasado ya se habían encendido los focos de alarma ante la falta de noticias.
Tenemos ya la confirmación –en contraposición a Novena, la laptop de código libre que logró recaudar lo suficiente en Kickstarter- de que Vivaldi quedó sólo como un proyecto de hardware libre.