Las células beta y alfa en el páncreas se encargan de regular la glucosa sanguínea por medio de la secreción de las hormonas insulina y glucagón. La insulina se encarga de disminuir la glucosa cirncundante promoviendo el ingreso de dicha azúcar en las células mientras que el glucagón promueve su presencia en el torrente sanguíneo. En pacientes con diabetes mellitus tipo 1 las células beta están dañadas por circunstancias de diversa índole y este mecanismo de regulación se ve comprometido lo que obliga al individuo a tener que utilizar métodos artificiales que por lo general resultan engorrosos y molestos.
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La mayoría de los pacientes recurren a las inyecciones periódicas de insulina y un porcentaje menor utiliza bombas artificiales que segregan esta hormona en períodos establecidos. Casos de hipoglucemia (bajo nivel de glucosa sanguínea) pueden aparecer con los dos métodos debido a dosis elevadas de insulina aplicadas incorrectamente.
La presión arterial es dependiente de la glucosa en sangre por lo que una caída del nivel de este nutriente puede desembocar en episodios donde la salud —e incluso la vida del paciente— puede verse afectada seriamente.
Páncreas artificial
Científicos de la Universidad de Boston crearon un páncreas biónico que regula los niveles de glucosa en la sangre de manera más amigable y con una reducción significativa del riesgo de casos de hipoglucemia. Esto lo lograron gracias a un sistema que regula este sistema por medio de dos bombas que segregan insulina y glucagón. La diferencia con las bombas que existen en el mercado actualmente es que estas solo administran la primera hormona.
Este páncreas artificial utiliza un diminuto sensor extraíble situado en una pequeña aguja fina que se inserta debajo de la piel. El dispositivo se conecta a un teléfono inteligente por medio de una app para mostrar el nivel de glucosa en tiempo real.
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El sistema se probó en dos grupos de estudio. En un escenario, 20 adultos usaron este dispositivo para usarlo en sus actividades diarias sin restricciones durante 5 días junto a un monitor inalámbrico. En el otro grupo de estudio 32 jóvenes utilizaron el páncreas biónico con la misma duración en un campamento para niños con diabetes tipo 1. Ambos grupos también fueron monitoreados durante los cinco días usando sus propias bombas convencionales que segregan insulina.
El científico líder de esta investigación Ed Damiano comentó sobre la importancia de este sistema en la calidad de vida de las personas mientras no se halla una cura definitiva para la diabetes tipo 1:
El desempeño de nuestro sistema tanto en adultos como en adolecentes ha superado nuestras expectativas en condiciones reales […] Mientras la cura no se encuentre, una tecnología automatizada que pueda mantener consistente e incansablemente sanas a las personas y libres del daño de la hipoglucemia puede quitar una enorme carga práctica y emocional de los hombros de la gente que padece diabetes tipo 1.
Todavía falta probar este páncreas artificial en un mayor número de personas para tener más datos sobre su beneficio pero significa un gran paso para el tratamiento de este mal.